Una representación formada por dos vecinas de las Casas Baratas de O Barco solicitó la intervención del alcalde, Alfredo García Rodríguez. Se quejan de la actitud de las familias que viven en el número uno de la calle Manuel Valcárcel, pues afirman que están causando daños en el edificio y molestias a los residentes de las viviendas próximas, sin que sirvan de nada las peticiones que les realizaron.
Los afectados se quejaron de los desperfectos ocasionados en la acera y en las arquetas de la zona. Además, apuntan que en algunas ocasiones almacenan chatarra en el portal y en las escaleras, llegando a deshacerla y a partir leña con un hacha. 'Como los edificios son viejos, retumbaban con los golpes', apuntó una de las barquenses que acudieron al alcalde.
Los vecinos de las Casas Baratas consultados afirman que nunca se encontraron con una situación similar a la actual desde la construcción de los edificios, a mediados del siglo pasado. Ahora, aseguran que hay veces que apenas pueden subir por la escalera, pues está ocupada por un sinfín de objetos. También dicen que cuando alguien protestó ante los nuevos inquilinos, éstos hicieron caso omiso de sus quejas.
Protestas de los vecinos que fueron rechazadas por los destinatarios de las mismas. Todo lo contrario, su opinión discrepa totalmente y atribuyen las quejas a que 'aquí hay mucho racismo'. Lo apuntó Julia Romero Jiménez, de etnia gitana, aunque seguidamente negaba la existencia de problemas con los vecinos. Las protestas de los vecinos fueron desmentidas, una a una, por Julia Romero. Negó que hubiese leña. También que se deshiciese chatarra. Señalando dos hierros colocados en el portal, afirmó que el Concello se los había entregado a un familiar que trabaja para el organismo municipal. 'La gente habla mucho. Nosotros estamos a nuestra vida; no nos metemos con nadie ni quiero que se metan con nosotros. No queremos problemas y si alguien tiene algo que decir que nos lo diga a nosotros', apuntó.
ALCALDÍA
El alcalde barquense, Alfredo García Rodríguez, afirmó que desconocía el 'posible problema de convivencia' surgido en las Casas Baratas hasta que las vecinas se entrevistaron con él para trasladarle su malestar. En todo caso, el regidor anunció que próximamente se pondrá en contacto con las familias que dieron lugar a las quejas, para buscar una solución.
Los vecinos de las Casas Baratas consultados afirman que nunca se encontraron con una situación similar a la actual desde la construcción de los edificios, a mediados del siglo pasado. Ahora, aseguran que hay veces que apenas pueden subir por la escalera, pues está ocupada por un sinfín de objetos. También dicen que cuando alguien protestó ante los nuevos inquilinos, éstos hicieron caso omiso de sus quejas.
Protestas de los vecinos que fueron rechazadas por los destinatarios de las mismas. Todo lo contrario, su opinión discrepa totalmente y atribuyen las quejas a que 'aquí hay mucho racismo'. Lo apuntó Julia Romero Jiménez, de etnia gitana, aunque seguidamente negaba la existencia de problemas con los vecinos. Las protestas de los vecinos fueron desmentidas, una a una, por Julia Romero. Negó que hubiese leña. También que se deshiciese chatarra. Señalando dos hierros colocados en el portal, afirmó que el Concello se los había entregado a un familiar que trabaja para el organismo municipal. 'La gente habla mucho. Nosotros estamos a nuestra vida; no nos metemos con nadie ni quiero que se metan con nosotros. No queremos problemas y si alguien tiene algo que decir que nos lo diga a nosotros', apuntó.
ALCALDÍA
El alcalde barquense, Alfredo García Rodríguez, afirmó que desconocía el 'posible problema de convivencia' surgido en las Casas Baratas hasta que las vecinas se entrevistaron con él para trasladarle su malestar. En todo caso, el regidor anunció que próximamente se pondrá en contacto con las familias que dieron lugar a las quejas, para buscar una solución.
