Una expedición de la asociación Andoa de Cambre (A Coruña) viaja todos los años a Vilamartín para recoger setas. Estos días, 40 coruñeses recorren sus montes en busca de su preferida, la tricholoma portentosum. Afirman que en la comarca valdeorresa hay más ejemplares y de mayor tamaño que en su lugar de procedencia.
La sociedad micológica Andoa, de Cambre (A Coruña), desplazó a 40 personas hasta la comarca de Valdeorras, durante el puente de la Constitución. No es la primera vez que realizan este viaje. Todo lo contrario, es una cita habitual en su calendario de actividades, pues aseguran que las setas de la comarca son, con diferencia, mucho mayores que las que crecen en la provincia coruñesa.
En Valdeorras coñecín o verdadeiro significado do nome dado á tricholoma portentosum, comentó un miembro de este club, que preside María Teresa Prieto. Explica que el portentosum le fue asignado por el gran tamaño del hongo. Aquí, é moi grande, apuntó este socio, que seguidamente apuntaba que en A Coruña hai poucas e son moi pequenas.
La expedición coruñesa aprovecha su presencia en la comarca para recoger otras variedades, como la cantharellus o el níscalo. La jornada del sábado la dedicaron a recorrer los montes de Vilamartín, donde conocieron las inmediaciones del pueblo de Cernego. La presencia de un grupo tan numeroso no pasó desapercibida para los vecinos, despertando su curiosidad. En las próximas horas, después del parón dominical, continuarán la búsqueda de setas.
Los hongos reunidos durante las últimas horas serán degustados en la casa de un socio del colectivo, que reside en Vilamartín. El aspecto gastronómico también interesa a Andoa, que organiza frecuentes cursos y jornadas relacionadas con el campo de la Micología. En Cambre hai moita afición a comelos, explicó uno de los socios desplazados hasta Vilamartín.
La prohibición de coger setas va a más
Los aficionados a la recogida de setas comienzan a encontrarse con una seria limitación en determinados puntos de la comarca valdeorresa. Las señales prohibiendo su recogida comienzan a verse en ciertas zonas de Prada (A Veiga) o de Rubiá. También las hubo en Éntoma (O Barco), aunque aquí fueron retiradas.
Pese al vacío legal que existe en todo lo referido a la recogida de setas y a estas prohibiciones, la Consellería de Medio Rural legitimó la colocación de las señales por los dueños de los terrenos. Pero no todos los micólogos lo aceptan de buen grado.
En Valdeorras coñecín o verdadeiro significado do nome dado á tricholoma portentosum, comentó un miembro de este club, que preside María Teresa Prieto. Explica que el portentosum le fue asignado por el gran tamaño del hongo. Aquí, é moi grande, apuntó este socio, que seguidamente apuntaba que en A Coruña hai poucas e son moi pequenas.
La expedición coruñesa aprovecha su presencia en la comarca para recoger otras variedades, como la cantharellus o el níscalo. La jornada del sábado la dedicaron a recorrer los montes de Vilamartín, donde conocieron las inmediaciones del pueblo de Cernego. La presencia de un grupo tan numeroso no pasó desapercibida para los vecinos, despertando su curiosidad. En las próximas horas, después del parón dominical, continuarán la búsqueda de setas.
Los hongos reunidos durante las últimas horas serán degustados en la casa de un socio del colectivo, que reside en Vilamartín. El aspecto gastronómico también interesa a Andoa, que organiza frecuentes cursos y jornadas relacionadas con el campo de la Micología. En Cambre hai moita afición a comelos, explicó uno de los socios desplazados hasta Vilamartín.
La prohibición de coger setas va a más
Los aficionados a la recogida de setas comienzan a encontrarse con una seria limitación en determinados puntos de la comarca valdeorresa. Las señales prohibiendo su recogida comienzan a verse en ciertas zonas de Prada (A Veiga) o de Rubiá. También las hubo en Éntoma (O Barco), aunque aquí fueron retiradas.
Pese al vacío legal que existe en todo lo referido a la recogida de setas y a estas prohibiciones, la Consellería de Medio Rural legitimó la colocación de las señales por los dueños de los terrenos. Pero no todos los micólogos lo aceptan de buen grado.
