Encarna no suele coger el teléfono cuando es un número desconocido. Pero, después de la noticia que acababa de recibir, poco le importaba: "¿Llamas por el premio?", es lo primero que dice.
Poco antes había recibido un mensaje en el que le informaban de que su negocio, el conocido Bar Melín de A Rúa, acababa de hacer rico a un vecino de la localidad. El sorteo de Euromillones había terminado no hacía mucho, y el premio especial del Millón había ido a parar al bolsillo de un cliente de su local.
"Todavía no sabemos quién es, pero a ver si mañana se pasa por allí", comenta todavía con la incógnita rondando por la cabeza de todos. Lo tiene claro, si es un habitual del Melín, "¡que se invite a una cena!".
Cuando se le acaban las risas y las bromas, le da vueltas a lo que acaba de pasar, "es que es mucho dinero", reflexiona. Alguna vez ya había repartido algún premio, pero nunca tan alto como este. Y es que siente, en parte, suya la suerte, y eso le da una lógica satisfacción. Pero no le ha tocado a ella, que eso también fastidia un poco: "Me cago en la leche, ya la podría haber jugado yo", vuelve a las risas.