La fauna salvaje destroza las colmenas de la Serra Calva

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photo_camera Colmenas destrozadas en la explotación de Valdín (A Veiga).
Un apicultor de A Veiga desconfía de que los desperfectos fueron causados por un oso o un lobo

La fauna salvaje destrozó 15 colmenas de un apicultor de Valdín (A Veiga). David Pérez denunció ante la Guardia Civil los daños ocasionados en el colmenar que posee en la Serra Calva, a 1.450 metros de altitud. Cuantificó el importe de los desperfectos en casi 2.000 euros, pero no fue el único productor de miel víctima de los ataques de animales. En Correxais (Vilamartín de Valdeorras), también fueron destrozadas dos colmenas en los últimos días, según apuntó el presidente de la Asociación de Apicultores de Valdeorras, Armando Rodríguez.

El apicultor veigués llevaba varios días sin visitar el colmenar cuando se encontró con las colmenas destrozadas y esparcidas por el lugar. Un oso podría ser el autor de los desperfectos, pues no sería la primera vez que ejemplares de esta especie deambulan por los montes de Valdeorras. Sin ir más lejos, en el verano de 2019, huellas de este plantígrado eran vistas por los montes de Correxais (Vilamartín), Santigoso (O Barco de Valdeorras), Casaio (Carballeda) y en un colmenar de Prada (A Veiga).

David Pérez: "Por la habilidad diría que fue un oso, pero yo diría lobos porque comen rápido y se van"

David Pérez no descartó que el causante de los daños hubiese sido otro animal, bien un tejón o algún lobo. Explicó que fueron derribadas varias colmenas, incluso con varias piedras colocadas encima. También dijo que varias de las cajas no fueron abiertas, en tanto que en otras solo echa en falta una o dos bandejas y que alguna de las extraídas muestran "agujeros parecidos a huellas". En todo caso, de lo que sí está convencido es de que el autor de los destrozos se dio un festín en el propio colmenar.

"Por las huellas inexistentes en el terreno, por la habilidad de la sustracción de las bandejas, diría que fue un oso. Pero este animal es más organizado. Yo díría lobos, porque si no sienten el peligro comen rápido, reposan, se esperan los unos a los otros y se van", comentó el apicultor de Valdín y propietario de una explotación de 300 colmenas.

El periodo de confinamiento no está favoreciendo a los productores de miel. En el término municipal de Rubiá, dos apicultores denunciaron sendos robos de colmenas y alimento para las abejas. En el primer caso, fueron 28 las colonias sustraídas del colmenar, por un valor de 20.000 euros. Antes de este hecho, a principios de marzo, desaparecieron las herramientas para extraer la miel y 500 kilos de alimento de otra explotación. 

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