Los autores remitieron un escrito 'amenazador' al responsable del local, que es propiedad del Concello

Un fuego provocado ocasiona graves daños en el centro social de un pueblo de Vilamartín

Puerta dañada en el local.
El local social de Arcos (Vilamartín), donde está ubicado el bar del pueblo, fue incendiado cuando su responsable estaba de vacaciones. Además, los autores le dejaron un escrito amenazando a su familia, que investiga la Guardia Civil.
“Claro que teño medo. Agora ameazan á miña familia”. Esta manifestación lo realizó Manuel Canelas, el vecino de Arcos (Vilamartín) que desde hace un lustro se ocupa del centro social, ubicado en la vieja escuela rural de este pueblo de 199 habitantes. Este vilamartinés comprobó, al regresar de las vacaciones, que unos desconocidos arrojaron una mezcla de gasolina y aceite, prendiéndole fuego seguidamente. Antes, los asaltantes retiraron varias pizarras de la cubierta, aunque cambiaron de idea y prefirieron romper la puerta.

Los daños fueron importantes, fundamentalmente los provocados en la fachada delantera del centro. Según indicó este vecino, al estar el local cerrado, las sustancias arrojadas provocaron una explosión, causando grandes grietas. Las ranuras parten de un ángulo superior de la puerta y recorren buena parte de la pared delantera.

En el interior del centro, ardieron una silla y una caja de cervezas, afectando el humo a todas las paredes, que fueron pintadas en las últimas horas. También la puerta fue dañada por el fuego, el cual se extinguió por si solo al no tener ventilación.

“Deja el bar. La escuela no es tuya. Último aviso, Canelas, te vamos a fastidiar a tu familia. Vete ya, falso, para Barcelona”. Este texto, acompañado de insultos, apareció recogido en un escrito, dejado en el buzón de la casa del responsable del bar.


Varios sospechosos entre los vecinos

Los agentes de la Guardia Civil ruesa investigan a varios sospechosos de haber causado los daños en el local. Son los mismos que podrían estar detrás de las dos agresiones que el centro sufrió hace algún tiempo. En ambas, estaba a su frente el actual responsable, Manuel Canelas.

El concesionario afirma que hace unos dos años también sufrió otros dos ataques con métodos similares. Entre los daños ocasionados, el responsable destacó los que originaron humo en las paredes, que obligaron a repintarlas otras tantas veces.

En una de esas dos ocasiones, los desperfectos afectaron fundamentalmente al baño del centro, mientras que en la segunda agresión eran similares a los de la última vez, según apuntó. También en esta ocasión los causantes utilizaron la mezcla de gasolina y aceite para intentar quemar las dependencias.

El centro social es propiedad del Concello de Vilamartín, organismo al que transmitió su denuncia el encargado del bar. El servicio fue acondicionado en la antigua escuela rural de este pueblo.

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