Fundación Starlight premia las nuevas luces de A Veiga

photo_camera Iluminación nocturna en el Concello de A Veiga. ÓSCAR BLANCO
El concello recibió el galardón correspondiente a la categoría "Alumbrado inteligente e innovación"

El nuevo alumbrado público de A Veiga le valió el Premio Starlight 2020, dentro de la categoría "Alumbrado inteligente e innovación", según dio a conocer su alcalde, Juan Anta Rodríguez. Este Concello, que desde hace algo más de un lustro exhibe el certificado Starlight, cambió recientemente la iluminación nocturna en todos los núcleos. Reemplazó 1.300 farolas siguiendo las directrices de la auditoría Starlight, diseñando un sistema de iluminación diseñado para no generar contaminación lumínica de ningún tipo.

El certamen que premió la nueva iluminación de A Veiga superó la segunda edición y fue promovido por esta fundación internacional. Con él pretende reconocer "a instituciones, asociaciones, administraciones y empresas públicas o privadas, o a individuos, dentro o fuera de territorio certificado Starlight". Establece cuatro modalidades, todas ellas basadas en la "Declaración Starlight o Declaración de La Plama, en defensa del cielo nocturno y el derecho a la luz de las estrellas".

Son cuatro los galardones que concede la Fundación Starlight , además del concedido al Concello valdeorrés, premió a AstroFotografíaChile con el galardón "Astroturismo: el cielo como motor de desarrollo sostenible", a Parc Astronòmic Montsec-Centre d'Observació de l'Univers (Lleida) en el apartado "Educación y difusión de la Astronomía" y a la Casa del Altozano (Ávila) como "Mejor Alojamiento Starlight".

Un enamorado del cielo de A Veiga es el astrofotógrafo Óscar Blanco, quien lanzó un llamamiento a revertir el problema de contaminación lumínica que sufre el oriente provincial. En este sentido, apuntó que desde A Veiga pueden verse las campanas de luz de lugares tan distantes como la leonesa comarca del Bierzo, la localidad zamorana de Puebla de Sanabria, la lucense de Quiroga o las de A Pobra de Trives y Viana do Bolo. Las procedentes de las villas de O Barco y A Rúa apenas son visibles, quizá gracias a su posición en el fondo del valle del Sil.

Blanco defendió las luces nocturnas orientadas hacia el suelo y la luz naranja. Explicó que, además de influir en la iluminación del entorno, también tiene consecuencias beneficiosas en la salud. Favorece la secreción de la hormona melatonina, que permite una mayor relajación y ayuda a conseguir el sueño. Además, y al igual que las personas, los animales -especialmente la fauna nocturna- también sufren las consecuencias de la sobreiluminación, que los lleva a confundir la noche con el día.

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