La tramitación del Plan Xeral de Ordenación Municipal de Vilamartín ocupa buena parte de la actividad del equipo de gobierno socialista de Enrique Álvarez Barreiro. La consultora que analizó las 69 alegaciones presentadas por los vecinos a su propuesta urbanística dio por buenas 40 de ellas, según la estimación que ayer dio a conocer el regidor.
En estos momentos, la principal preocupación de los redactores del borrador del plan es lograr los informes de los distintos organismos implicados. Principalmente dos, los que deberán elaborar la Dirección xeral de Patrimonio y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.
La presencia de numerosos restos históricos en el municipio preocupa al equipo de gobierno, debido al posible retraso que supondría para el desarrollo de la norma urbanística. Sucede lo mismo con la importante superficie afectada por los cauces fluviales.
El Concello agiliza el plan buscando regularizar la situación de una veintena de viviendas y naves con órdenes de derribo de la Xunta.
La presencia de numerosos restos históricos en el municipio preocupa al equipo de gobierno, debido al posible retraso que supondría para el desarrollo de la norma urbanística. Sucede lo mismo con la importante superficie afectada por los cauces fluviales.
El Concello agiliza el plan buscando regularizar la situación de una veintena de viviendas y naves con órdenes de derribo de la Xunta.
