A Rúa homenajea a cuatro veteranas del comercio local

Carmen Gómez, Fina Álvarez y Toña Fernández, las tres homenajeadas, durante la gala.
photo_camera Carmen Gómez, Fina Álvarez y Toña Fernández, las tres homenajeadas, durante la gala.
Fue la primera edición de la Gala Corona González, una feminista ruesa de los años 20

Cuatro mujeres del comercio de A Rúa jubiladas recibieron ayer el reconocimiento de sus convecinos en un emotivo acto. Se desarrolló en el Centro Cultural Avenida. Fue la primera edición de la Gala Corona González, una ruesa que, allá por la década de 1920, escribió artículos feministas en prensa, como el publicado en 1927, en el que defendía que “as mulleres precisan da educación máis que os homes”. 

Lo dio a conocer ayer la alcaldesa, María González Albert, quien comentó que con la realización de este evento, el concello pretende saldar “unha débeda colectiva” con alguien que es una gran desconocida y cuya figura tuvo contacto hace años de la mano de Avelino García Ferradal.

Pero en la edición de ayer de la gala, que presentó la periodista Sonia Rodríguez, las protagonistas fueron cuatro mujeres: Fina Álvarez, Toña Fernández, María del Carmen Gómez y Teresa Álvarez, si bien esta última no pudo acudir por problemas de salud.

“É unha homenaxe a aquelas mulleres que non están no foco”, dijo la alcaldesa en una intervención en la que relacionó la gala con la campaña digital “Mulleres na Rúa, pasado e continuidade no comercio local”, que inició el Concello, con la participación de 12 mujeres del sector. 

González Albert explicó que actualmente casi un centenar de mujeres están dedicadas a la actividad comercial en el Concello, un dato que se elevaría a varios centenares si se toman como referencia los últimos cien años. Ya refiriéndose a las homenajeadas, las calificó como “cuatro mulleres bravas, valentes e traballadoras”.

Las tres homenajeadas que asistieron a la gala, agradecieron las muestras de cariño de sus convecinos y clientes, extendiéndose en su intervención Fina Álvarez. Recordó sus inicios en el comercio de una tía con solo 14 años y como alcanzó la jubilación después de 51. Todas recibieron un obsequio del concello en un acto que abrieron y cerraron las pandereteiras de Abertal.

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