Los empresarios temen que la cantidad de pizarra almacenada retrase la recuperación en la comarca

Sólo uno de cada seis comerciantes de A Rúa y O Barco prevé aumentar las ventas este año

Establecimiento comercial de Mari Carmen Cruz, portavoz del sector del comercio
El comercio valdeorrés no remonta el vuelo desde el descenso que registra desde 2006. Los integrantes de la Asociación Empresarial de Valdeorras recurren a la reducción de gastos, existencias y beneficios como únicas fórmulas a su alcance para salir adelante. Temen que la pizarra almacenada retrase la recuperación del sector que tira de la economía local. Una encuesta de la Antena Local de O Barco, dependiente de la Cámara de Comercio de Ourense, dice que el 43% del sector prevé que las ventas seguirán cayendo.
El 43% de los comerciantes de O Barco y A Rúa consultados por la Antena Local, dependiente de la Cámara de Comercio de Ourense, prevé nuevos descensos de ventas en 2010. Menos pesimista se muestra otro 40% de los encuestados, pues piensa que el negocio se mantendrá en la línea del año pasado. Sólo el 17% de los 208 empresarios consultados confía en que el ejercicio será mejor.

El comercio no es ajeno a la dependencia de la pizarra que sufre la comarca. Las exportaciones de este sector, que centran más del 90% de la producción, llegaron a descender hasta casi el 30% a causa de la crisis económica. El resurgir de Francia y Alemania mejora las perspectivas de futuro del sector para el segundo trimestre de 2010. Sin embargo, las toneladas almacenadas durante los meses en los que apenas hubo ventas pueden retrasar la recuperación.

Esta difícil situación no pasa desapercibida para María del Carmen Cruz, representante del Comercio en la Asociación Empresarial de Valdeorras (Aeva), quien apunta que el comercio valdeorrés afronta el año “con miedo y con la alegría de pensar que la economía europea comienza a levantarse”. Añade que el sector “lo está pasando mal” y sitúa el comienzo de la mala racha en 2006. Esta bajada fue moderada en los primeros meses, pero la actividad “se desplomó” en noviembre de 2008.

Son muy pocas las armas que tienen a su alcance los comerciantes para afrontar crisis como la actual. A las reticencias de los bancos a conceder créditos se le suman las exigencias de muchas casas comerciales, que exigen el pago antes de enviar la mercancía. Además, está la preocupación empresarial por las subidas de impuestos que se vislumbran para los próximos meses. “Hay que reducir gastos, existencias y beneficios”, señaló María del Carmen Cruz, aludiendo al escaso margen de maniobra del pequeño comercio.


Una apuesta por la comarca durante la crisis

Los negros presagios del sector del comercio coinciden con la finalización de unas navidades que representaron un esfuerzo económico para los comerciantes de Aeva, que contó con la colaboración del Centro Comercial Aberto de O Barco. Un total de 129 establecimientos asociados no dudaron en colaborar económicamente para complementar la campaña promocional de todos los años con un programa de actividades para los niños, como un taller de teatro y espectáculos de payasos, así como la instalación de arcos de luces en la villa barquense, A Rúa, Rubiá y Vilamartín. Fueron colocados con el objetivo de “hacer comarca” y su presupuesto fue de 23.500 euros, una cantidad muy importante para un momento de crisis como el actual.

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