Viloira es la segunda parroquia de España en entronizar a san Pancracio

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photo_camera El obispo, Jesús Fernández, y el párroco, Raúl Vega, en la bendición de la imagen de san Pancracio.
La ceremonia fue presidida por el obispo de Astorga, Jesús Fernández

La imagen de san Pancracio, donada por una feligresa, ya ocupa un lugar destacado de la iglesia parroquial de Viloira (O Barco de Valdeorras). El obispo de Astorga, Jesús Fernández, presidió ayer la entronización de la talla, en un acto de ensalzamiento que promovió el cura párroco, Raúl Vega, y que congregó en el templo a numerosos fieles de Viloira y O Barco.

El obispo procedió a bendecir la imagen en los instantes iniciales de la misa dominical. "Me parece estupendo. Tiene un grado de originalidad", comentaba momentos antes del comienzo de la ceremonia Jesús Fernández. Añadió que, posiblemente, sea la segunda parroquia española con esta devoción, estando ubicada la otra en Barcelona. "Es estupendo. Tiene un grado de originalidad", dijo.

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El sacerdote de Viloira, Raúl Vega, explicó que la imagen fue donada por una vecina de Viloira, Francisca, con gran devoción por el santo. "Quiso dejar un recuerdo y dejó la imagen y se quiere introducir la devoción". La talla es de madera y posee adornos de pan de oro, entre otros elementos. El cura párroco también explicó que es en Italia donde existe una gran devoción por san Pancracio.

El patrón del trabajo, la salud y la buena suerte nació en Frigia (Asia Menor) sobre el año 289 d.C. y falleció joven, en el año 304 d.C., decapitado en Roma al negarse a renunciar a su fe en Jesucristo.

Antes de visitar la iglesia parroquial de Viloira, el obispo estuvo en la de Millarouso, donde inauguró el retablo restaurado por Sofía Anta. Este trabajo es fruto de la colaboración del Obispado de Astorga, la Xunta y los vecinos, según apuntó Raúl Vega. El programa de la visita también incluyó una parada en el templo de san Miguel, en Santigoso, actualmente en muy mal estado de conservación.

Desde Viloira, el obispo envió a los fieles de la zona gallega de la Diócesis de Astorga un mensaje de "ánimo y esperanza, a pesar de las difíciles circunstancias que vivimos, por la pandemia y otros motivos. Hay muchos mayores; no hay juventud; no hay futuro. Debemos armarnos con la fuerza interior del corazón", dijo.

Abundando en las circunstancias provocadas por la pandemia, Jesús Fernández comentó que la labor del Obispado "cambió bastante. Nos afectaron los aforos y la gente mayor se vio retraída por miedo a contraer la enfermedad. Influyó bastante en la asistencia a las celebraciones, que ahora se va recuperando poco a poco".

El obispo también tuvo palabras para la labor de Cáritas en estos meses: "Es fundamental. Se triplicó la demanda en algunos casos y en otros se duplicó. Las dificultades también afectaron a muchos voluntarios, pero entró gente".

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