REPORTAJE

“Carretada do viño"... y agua

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photo_camera La extensa y animada comitiva durante el recorrido de la "Carretada do viño" por las calles de Villaza.

Trescientas personas se dieron cita ayer por las calles de Vilaza, en la sexta edición de su particular vuelta a la villa bebiendo, bailando y degustando jamón, pan y chorizo. El agua ahuyentó a muchos de los asistentes

Vino y agua se dieron la mano en la tarde de ayer en Vilaza. Curiosa simbiosis, pues seguro que muchos de los productores que recibieron la extensa y animada comitiva de la "carretada do viño" ansiaban que el líquido elemento hiciese ya acto de aparición para mejorar la uva que pronto será vendimiada, pero no que llegase pasadas las nueve de la noche, cuando las trescientas personas que se dieron cita en la Alameda para iniciar el recorrido de la presente edición comenzaron a despejar parte de las calles por mor de la pertinaz, en este caso, lluvia, inclemencia que sumada a la notable bajada de la temperatura acabaron por ahuyentar a parte del público congregado a las 20 horas para el arranque de la procesión en honor a uno de los productos estrella de la localidad. Aún así, con el espíritu ansioso de buen vino, comenzó el recorrido por el pueblo con parada y fonda en las principales bodegas productoras.

El ánimo de fiesta se mezclaba con algún que otro disfraz elaborado para la ocasión -alguno de ellos en clarísima alusión a la uva, tinta y blanca, confeccionado con globos- y un necesario e imprescindible abalorio: la taza de barro con la que degustar el vino que ofrecían tanto la organización como los bodegueros de la localidad.

Se inició el viaje rumbo a bodegas Lobarzán, donde el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, con vestimenta muy propia para la ocasión pero nada parecida a la que acostumbra a lucir, probaba en compañía de cosecheros y el alcalde de Monterrei, José Luis Suárez Martínez, los caldos de su tierra. De allí, y amenizados en todo momento por la charanga Támega, salieron al encuentro de la segunda de las paradas, ya precedidos por un decorado tractor -con las banderas de Galicia y España a su alrededor- que facilitaba a los participantes viandas con las que acompañar el vino que ya corría por sus venas. No sin antes, como si de un leve reconocimiento a la autoridad se tratase, realizar un pequeño receso ante la vivienda del que fue alcalde de la villa José Luis Suárez padre. Más tarde, visita a Vía Arxentea y Fragas do Lecer, los otros dos nombres propios de los vinos de Villaza. Y como de contrarrestar la ingesta de tanto alcohol se trataba, fin de fiesta, por hoy, en la Alameda de la localidad con la elaboración de una paella gigante.

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