Ribeira Sacra

Pocos lugares pueden ofrecer una visión de tan sobrecogedora belleza como la Ribeira Sacra.
El visitante que llega a los balcones se queda parado, en devoto silencio, como si no quisiera romper la magia creada por la imagen que aparece delante. El Sil, encajonado en el cañón que le lleva hacia el Miño, aunque las presas hidroeléctricas detienen antes el cauce y deshace el hechizo, aunque al hacerlo navegable, también permite admirar el entorno desde abajo.

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