Soledad + soltería: ¿Amor?

Soledad + soltería: ¿Amor?
Dolores de pie, junto a una mesita, con el teléfono en la mano. Es media tarde. El sol sólo mancha la pared de la izquierda. Frente a la ventana una butaca, a los pies de ésta, Paco tumbado boca abajo. Dolores, en penumbra, cuelga el teléfono. Entra en foco ensimismada.
Dolores: Yo es que estoy alucinada, ¿qué se va a casar? ¡Pero si le conoció hace seis meses! No entiendo nada... No lo entiendo... ¿te he dicho que no lo entiendo? Un poco cínica, ¿no? (Con voz de burla) ‘Dolores, se está mucho mejor sola, tienes todo el tiempo del mundo para ti y para ti; Dolores, pásatelo bien y encuentra a un tío que te vuelva loca’, ¡bah! (Paco sube una ‘ceja’).

Dolores: Ya ya ya, ya sé qué estás pensando pero no, no le vuelve loca. Me ha dicho que les gustan las mismas pelis, que así podrá ir a la boda de Marta con pareja, que salen a cenar con otras parejas... ¡Por dios! Si parece que el no estar solo es un motivo tan poderoso como el mismo amor. Una medalla, nene, te lo digo yo, hoy en día tener pareja es como quien muestra su título en la pared.

(Paco se levanta y, con aire taciturno, se pone a mirar por la ventana).

Dolores: Paco, no, no estoy celosa, todo lo contrario, es que me pone de los nervios que vayamos de mujeres independientes, preparadas, autosuficientes, excepto para coser un botón, que todo hay que decirlo, y después de sacar una carrera necesitemos a un tío para que nos lleve al cine. Pero, ¿y el amor? Porque digo yo que éste jugará algún papel, ¿no? (Dolores se pone al lado de Paco a mirar por la ventana... una procesión de ‘calcetines’ deambula de la mano por la calle). Mira, yo sólo digo que si quieres compañía pues que te compres un perro... Paco, ¿Paco? (Paco, en una esquina, chupa una pelota de goma... ).

Dolores: ... Aunque pensándolo bien (suspira)... los perros ya no son como los de antes.

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