Limpiar el calabacín, cortarlo en trozos de unos 4 cm, dejándole la piel. Echamos en el vaso de thermomix y troceamos 5 seg/ vel 4,5. Retiramos al cestillo, le echamos un puñadito de sal y dejamos que escurra el líquido al menos 30 minutos, de vez en cuando lo removemos y aplastamos un poco con una cuchara para que pierda más agua. En el vaso de la thermomix echamos el aceite y la cebolla cortada en trozos y trituramos 3 seg/ vel 5 y luego sofreímos 6 min/ 120º/ vel 1. Reservamos la cebolla. Sin limpiar el vaso echamos las hojas de menta y picamos 5 seg/ vel 7. Han de quedar trocitos muy pequeños. Añadimos los huevos, la harina y la levadura mezclamos 10 seg/ vel 5. Echamos en un bol la mezcla de los huevos con el calabacín ya escurrido y mezclamos bien todos los ingredientes.
Sin thermomix: primero limpiamos el calabacín, lo cortamos en trozos pequeños y picamos en una picadora un par de segundos, que queden trocitos chiquitines para que se noten. Ponemos el calabacín en un escurridor con sal para que suelte el agua sobrante. Mientras sofreímos la cebolla bien picada con el cuete hasta que quede blandita. Picamos finito las hojas de menta, si tenéis picadora mejor sino con cuchillo. Mezclamos los huevos con la harina y la levadura, batir bien para que no queden grumos. Cuando el calabacín haya soltado ya el líquido excedente lo mezclamos con todos los ingredientes hasta que esté homogéneo. En ambos casos: calentamos aceite. Cuando esté bien caliente con una cuchara vamos echando montoncitos y freímos por ambos lados unos minutos. Dejamos a escurrir sobre papel absorbente. ¡Listos para disfrutar!
