El COB se hizo valer a su manera ante el Melilla (67-81)

Karamo Jawara, defendiendo a Óscar Alvarado.
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Marcador COB
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El desafío lo tenía todo y no defraudó. Y es que el COB, que en viajes anteriores arrojó la toalla, en esta ocasión, jugándose la vergüenza, consciente de que Melilla era una de las canchas donde poder conseguir una de las victorias que le hacen falta para mantenerse en la zona distinguida de la clasificación, estuvo a la altura de las circunstancias. Bueno, estuvieron Javi López, Kacinas y sobre todo Samu Rodríguez, del resto su pundonor e interés defensivo.

Quizá un tanto irregular de salida, aunque, luego, habiendo reaccionado a nivel emocional, superando la baja de Radic y la ocultación de Turner, consiguió mantener el tono más alto, con el consiguiente saldo positivo. Con los miedos, para quienes lo seguimos a través de la televisión, del que, si va ganando, algo o alguien le puede birlar el talego y el ansia que, si va perdiendo, intenta saltar ante la televisión para evitar una canasta rival, dado el gran valor de el triunfo, ciertamente, la ventaja alcanzada en el tercer cuarto tuvo continuidad en el cuarto, hasta nos permitió marcarnos un Auerbach -el creador de los mejores Boston, cuando la victoria se acercaba, tenía por costumbre fumarse un puro-.

Por otro lado, pocas sensaciones mejores, que descubrir algo nuevo. Por si por novedoso entendemos el partidazo de Samu Rodriguez, el gran truco antes de caer el telón. “Tenemos jugadores con los que la gente no está familiarizada, pero seguro que lo estarán muy pronto”. Esto decía Haliburton de los sorpresivos Pacers y esto podemos decir del ala-pívot ourensano.  Sus números le convertirán en jugador de la semana.

Con él, el esfuerzo de López y la experiencia de Kacinas, el conjunto ourensano terminó por imponer su forma de jugar, defensa y un pase más de seguridad. A su manera el COB sabe hacerse difícil hasta descentrar a su rival, al que la impaciencia le acabó por jugar una mala pasada.

Triunfo justo, de gran valor, y todo aquello que se suele decir en las grandes citas deportivas. El COB esta vez supo estar a la altura de la circunstancias e incluso superar expectativas. ¿Será la regularidad definitiva?

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