El COB, de un paso adelante a dos atrás después del Melilla

Chaz Williams trata de sortear a la defensa del Melilla. (MELILLA BALONCESTO)
photo_camera Chaz Williams trata de sortear a la defensa del Melilla. (MELILLA BALONCESTO)
La sufrida ante el Melilla es la quinta derrota en seis partidos, con graves carencias en su estilo de juego, puntería y actitud mental sobre la pista

Ni por la mañana, ni en domingo, ni en la desangelada pista del Melilla contra un rival de estilo aparentemente similar. El COB sufrió su quinta derrota en seis partidos en su duro regreso a la liga LEB Oro. Más allá de las cifras y el penúltimo puesto en la clasificación, el equipo entrenado por Guillermo Arenas suscita preocupación por el mal juego desarrollado durante todo el encuentro.

En seis partidos se han manifestado todas las carencias que se podían intuir por la estructura de una plantilla corta de pívots y saturada de exteriores, con dos estadounidenses todavía en período de adaptación y una plaza de extracomunitario ocupada por un joven muy prometedor, pero necesitado de un tiempo y cariño que el COB por desgracia no dispone.

A estos condicionantes se suman la baja temporal de Paco del Águila -uno de los más acertados en ataque al comienzo de la temporada- y que los jugadores disponibles no están rindiendo ni respondiendo a las expectativas.

No era el Melilla uno de los ogros de la competición para el COB. Más bien un equipo asequible, de estilo bien definido y conocido. El rival contra el que se pretendía lograr esa victoria de la tranquilidad y el “paso adelante” demandado por el técnico asturiano en la previa.

Todo lo contrario. Sería más propio definir el rendimiento del COB como de dos pasos atrás. Solo durante unos minutos del segundo cuarto, cuando el club ourensano logró encadenar varias posesiones con una defensa decente y convertir en puntos varios ataques con buen criterio de Chaz Williams, dio la sensación de poder competir. 

Fue el 46-41 del minuto 19. Tras un carrusel de cambios de Guillermo Arenas buscando el mejor quinteto posible en pista. Lo malo es que en baloncesto la primera parte dura solo 20 minutos, El parón del descanso cortó la buena racha y el comienzo de la segunda parte fue desastroso y definitivo.

Un parcial de 21-7 del equipo local destrozó táctica y moralmente a los cobistas. En siete minutos el COB se desorganizó por completo, perdiendo todos los balones que no cedió en la primera parte -de las pocas cosas que mejoró- sin timón en la dirección y sin acierto en los pocos buenos tiros que dispuso.

El bajón en defensa fue más alarmante. No necesitó el Melilla una fórmula magistral ni la inspiración de un jugador determinante. El COB ofreció todas las facilidades posibles. Sin mostrar el carácter que demandaba la situación. Sin prestar atención a detalles tan básicos como el cierre de rebote, las ayudas, el balance defensivo, dificultar líneas de pase... Por momentos dando sensación de caos. Peligrosa y conocida sensación similar a la de Coruña. La diferencia se estableció alrededor de los 20 puntos, sobrando los últimos 10 minutos.

De no mediar dos cambios notables, parece difícil para este COB competir en la LEB Oro. El primer cambio debería forjarse en el propio equipo, mucho mejor de lo que transmiten en la pista y lo que marcan sus números. Una temporada después, parece revivirse la situación y el reto que tuvo que afrontar el mismo Guillermo Arenas.

El segundo, el equipo parece descompensado en su composición original y demanda uno o dos refuerzos que recuperen ese equilibrio y mejoren a los que están. Lo que hay no parece suficiente.

Cuenta el club con dos semanas de descanso -por las “ventanas FIBA”- para enderezar la situación y preparar otro partido importante contra un rival directo. El domingo 20, visita el Pazo el Albacete, a una victoria de distancia. 

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