El COB llegará este viernes (20:45 horas) a Cáceres con la enfermería castigándolo (una vez más) y con escaso margen de error si quiere seguir en la pelea por una plaza en los play off de ascenso a la Liga ACB. Un paraíso comparado con el escenario en el que se encuentra su rival. Si pierde desciende a la LEB Plata, pero incluso podría estar descendido una hora antes de acabar su partido si el Melilla gana el suyo.
La liga del Cáceres ha sido antagónica a la de los ourensanos. Muchas derrotas desde el inicio, despidos en el banquillo y en la dirección deportiva y una retahíla de fichajes que nunca consiguieron cambiar el rumbo de la temporada.
La llegada de Ashley Hamilton le dio atleticismo al juego interior, la de Mike Nuga aportó más recursos al perímetro y Darko Balaban poste bajo y experiencia. Arturo Álvarez fue el entrenador elegido para dar un golpe de timón que no se notó quizá porque el barco ya hacía agua por todas partes. Llegó con cinco victorias y ahora llega seis 12 partidos después.
Equipo con calidad
Viendo la plantilla, el COB se enfrentará a un Cáceres que tiene calidad en todas las posiciones, jugadores con experiencia a los que agarrarse, presencia física en las dos zonas y muchos puntos. Pero también a un equipo con muchos problemas defensivos y con dudas cada vez que los partidos se ponen cuesta arriba.
Gantt empezó destacando y Atencia acaba bien; Bonilla pide hueco en la liga, Raitanen parece encontrarlo y Rodrigo ya lo tiene; Dikembe acabará con buenos números y Dani Rodríguez no necesita presentación. El porqué del desastre lo sabrán ahí dentro.