El COB ni sabe ni le dejan ganar (75-69)

El pívot del COB Kur Kuath tapona el jugador del Cantabria Dago Peña.
photo_camera El pívot del COB Kur Kuath tapona el jugador del Cantabria Dago Peña.
El equipo ourensano cayó en un partido muy igualado en Cantabria y desequilibrado por un arbitraje muy permisivo con la defensa del equipo local

No cambió mucho, o casi nada, el decorado de la liga para el COB tras el parón. Regresó con una derrota que confirma lo mucho que le queda por mejorar para logar el objetivo, minimizada porque sus rivales directos también cayeron y con un arbitraje que, como dijo el técnico cobista tras el partido, deja sensaciones “cuando menos sorprendentes”. Más de lo mismo. 

El equipo ourensano está y estará en el fango de la lucha por la permanencia por malas decisiones propias y por limitaciones actuales en el juego, pero la altura del agua también la marcan los dos o tres partidos que han tenido en el arbitraje un factor decisivo para decidir de qué lado caía la moneda. Almansa, Alicante y ahora Torrelavega dejan al equipo y a la afición cobista con la mosca detrás de la oreja. 

Ante el Cantabria, el COB podría haber ganado, como lo fue haciendo muchas veces durante el partido y lo hacía incluso en el último cuarto, o perdido, ante un rival más consistente y  fiable, pero nunca sabrá si habría sabido hacerlo o no porque el trío arbitral no le dejó tener la opción de decidirlo.  En un partido que el COB dominaba al descanso, la segunda mitad se convirtió en una batalla física en la que el silbato solo sonaba cuando atacaban los locales.

Cuando el COB envíe el video y un informe a la Federación preguntando lo que pasó ayer, será complicado explicarle que el Cantabria solo cometió tres faltas en toda la segunda mitad y que, lo más escandaloso, en los siete minutos y medio finales, cuando se estaba realmente decidiendo el ganador, al equipo local no le pitaron ni una. ¡Ninguna falta! Costará encontrar un ejemplo en cualquier partido profesional en el que con un marcador a cara o cruz a uno de los equipos no se le pite una sola falta en los siete minutos finales.

Todo el partido igualado

Incluso así el equipo ourensano apuró el marcador hasta el final. Desquiciado con el arbitraje y castigado con dos técnicas consecutivas por ello y en los minutos clave, pero siempre en partido. 

Tras un primer cuarto sin orden ni concierto y un segundo impecable en ataque. La bipolaridad habitual de un equipo que compite siempre y no gana casi nunca y la inestabilidad de un COB capaz de jugar muchos minutos buenos y encadenarlos con otros desesperantes. Un equipo que deja el peso en los que tengan el día o el cuarto más que en los galones. Quizá porque tampoco nadie los ha reclamado. La dio para llegar a ganar por 8 en la primera mitad (32-40) y para discutir la delantera hasta la mitad del último cuarto. Muy inferior en el rebote y siempre lento en el balance defensivo ante un rival también con muchos problemas para ser equilibrado y constante.

En esa lucha de fiabilidad el equipo ourensano no supo ser mejor. Pilepic fue el único capaz de anotar y Jhornan Zamora y Txemi Urtasun estaban en el banquillo cuando más liderazgo hacía falta. El Cantabria ya había entendido que tenía licencia para agarrar y empujar y COB cayó en la precipitación y el individualismo. Incapaz de convivir con un arbitraje parcial y con un rival que juega de memoria. Harrar, Bulic y Peña sentenciaron desde el tiro libre un partido que envía al COB a los partidos decisivos sin margen de error. Una condena lógica a un temporada errática, pero demasiado contundente para quién ha hecho méritos para estar un poco más tranquilo.

Declaraciones del técnico del COB

Te puede interesar