La fiesta de bienvenida terminó con ceños fruncidos

Ourense. 07/10/2022. Partido de basket de Leb Oro entre el COB y el Gipúzcua.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Peciukevicius intenta pasar entre dos defensas. (Foto: Xesús Fariñas)
El final del primer episodio no fue el deseado.

La LEB Oro regresó al Pazo después de una travesía por el desierto de un año que pareció tres o cuatro por lo intenso que fue. Lo hizo abriendo la puerta de par en par al COB y a su afición. Pero, al otro lado de esa puerta, esperaba un Gipuzkoa con ganas de aguar la fiesta de bienvenida. Y lo consiguió. Fue una noche de ceños fruncidos en el templo del baloncesto ourensano. No porque los jugadores no dejasen todo lo que tenían en el parquet, que lo hicieron. Si no porque, a día de hoy, ese “todo” aún se queda corto ante rivales hechos y derechos.

Se vieron parte de las virtudes que el COB tiene y puede potenciar de aquí en adelante. Los mates de Willett y Chapero, los tapones del joven argentino o el empeño de todos por dejarse el sudor y la sangre en defensa. Pero faltan cosas.  El tiro exterior va justito y no es un problema de fácil arreglo. Se necesita que Pilepic no pase una semana de problemas físicos como la que tuvo. Pero aún así no sobran “cañoneros”. Y luego está el caso del “5”. Es un tema que se arrastra desde hace semanas. Y el que llegó, aún sin ser la primera o segunda opción, se lesionó en el segundo entrenamiento. Mala pata, literalmente, porque faltan puntos y presencia ahí abajo.

La gente en el Pazo puso de su parte, aún en día laborable. Ambiente cuando tocó pese a que el partido no fue de los que levantan a los aficionados del asiento. Sensaciones de dos equipos todavía más en pretemporada que en la vida liguera.

Así fue el regreso a la categoría de los “quilates”. El final del primer episodio no fue el deseado. Quedan muchos por escribir. El siguiente será ante un histórico Estudiantes en tierras madrileñas. El martes desde las 20:00 horas. No hay mucho que esperar. Objetivo, sonreír por primera vez en este curso baloncestístico aunque sea contra un rival muy académico. Al menos, de nombre.

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