“Lo importante en los momentos complicados es mantener la tranquilidad”, explica el técnico del favorito al ascenso
El banquillo visitante tiene esta tarde una cara conocida. Pedro Rivero vuelve a Ourense y siempre que lo hace no esconde el cariño que tiene: “Tengo muchas ganas de jugar en el Pazo. Ya durante la semana que llega este partido hablo con mucha gente a que le tengo cariño y hoy -por ayer- quedo con amigos. El tiempo que pasé aquí fue muy bueno y los recuerdos que tengo, extraordinarios”.
Sobre el partido reconoce los dos factores que lo harán complicado. El primero es la presión que tiene el propio Estudiantes: “Esta liga es así, un día estás de primero y luego fallas dos partidos y ya hay problemas. Hace seis semanas fuimos campeones de la Copa y luego hemos tenido algunos problemas que tratamos de corregir. Lo que me dice la experiencia es que cuando vienen estos momentos complicados lo más importante es mantener la calma y seguir trabajando duro para volver a la senda de las victorias”. Y avisa de que “los jugadores están entrenando muy bien y venimos con muchas ganas de hacer un buen partido”. El segundo hándicap para el Estudiantes es obvio, el rival: “El COB está mucho mejor desde hace ya algunas semanas y además en el Pazo ha competido muy bien toda la temporada. Tienen jugadores con calidad para resolver y sabemos que será un partido difícil”.
El COB confía en un factor pista que también pueda influir en el partido y ayudar a nivelar la balanza ante un rival con tanta calidad, pero aquí el Estudiantes juega con ventaja: “A todos los campos a los que vamos es el día de club, con eso está todo dicho. Además, tenemos la suerte de jugar en un pabellón como el WiZink que es muy grande y siempre con mucha gente”.
Pase lo que pase en el Pazo, el Estudiantes está obligado a pelear el ascenso directo. Nada nuevo, ni para el club ni para el entrenador: “Es un reto muy bonito, un gran reto. Cuando acabó la temporada pasada creía que esta era la mejor opción y estoy muy contento de la decisión que tomé. La Liga es muy dura porque vuelve a haber seis o siete proyectos con capacidad de pelear por subir a la ACB, pero eso la hace todavía más bonita”.