Baloncesto

Y la presión pasó a ser motivación para el COB

Aficionados del COB en la grada durante el duelo ante Melilla. JOSÉ PAZ
photo_camera Aficionados del COB en la grada durante el duelo ante Melilla. JOSÉ PAZ

El COB consiguió la victoria más abultada del curso en un duelo clave para ver las cosas con mayor optimismo

La semana cobista estuvo llena de palabras. “Clave”, “vital”, “final”… Un diccionario particular que dejaba bien claro lo importante que era el duelo con el Melilla en esa carrera de fondo que es la permanencia en la LEB Oro. Siempre con ese toque de presión. Por hacer las cosas bien, por romper la mala racha y por coger oxígeno en la clasificación. Pero esa presión, lejos de atenazar a los de Félix Alonso, motivó al equipo. Había que ganar y se ganó. Además, con la renta más amplia de los siete triunfos logrados hasta la fecha en la competición.

Hubo tiempo, antes de empezar a batirse el cobre, de ovacionar a Gonzalo García de Vitoria. Tantas veces entrenador local, en la tarde de ayer ejerció de visitante. Una tarde agridulce para el técnico vasco de nacimiento y ourensano de sentimiento. Más agria que dulce. De ahí su rueda de prensa, de ahí sus ganas de salir de un proyecto a la deriva.

Después, uno de esos encuentros tranquilos. ¡Ya era hora! Solo la lucha por recuperar el basketaverage retrasó y complicó el final. Pero hasta eso salió cara. Con momentos muy buenos y otros menos positivos, pero lógicos en una liga donde nadie quiere regalar nada, el COB sonrió. Y después de sonreír, se puso a ver el resto de resultados. Y la sonrisa fue más amplia. Jornada positiva en tu partido y los demás.

Pero la autocomplacencia tiene las patas muy cortas. Así que nadie saca pecho en el Pazo. Desde ya volverán a aparecer esas mismas palabras. “Clave”, “vital” y “final”. En este caso, en Albacete. Otro partido que llegará precedido de tópicos deportivos que son ciertos letra a letra. 

Antes, a disfrutar, al menos unas horas, de una victoria sin aditivos. El COB ganó y el Pazo disfrutó. Motivos más que suficientes para vivir plácidamente el domingo. Y hasta para encarar el lunes de otra forma.

Te puede interesar