Una victoria que vale Oro para el COB

Ninguno saldrá del Pazo esta noche salvado o descendido, pero tanto el COB como el Melilla saben que es un partido fundamental en la guerra de desgaste que es la lucha por la permanencia. Duelo marcado en rojo, con neones incluso. Los ourensanos no pueden fallar si no quieren meterse en un lío aún más gordo. Lo saben y harán todo lo posible por lidiar con la presión. En su haber, una plantilla con más y mejor que la de su adversario y una afición que volverá a empujar con todo para conseguir este pequeño gran objetivo.

El COB afronta esta final anticipada (y esta vez no es un tópico) ya sin Jhornan Zamora, que puso rumbo a Venezuela durante la semana. Los demás, con los dimes y diretes propios de la enfermería, buscarán dejar atrás aquello de competir y nada más de las últimas jornadas. Ahora toca competir y ganar.

Será el tercer duelo de Urtasun tras su llegada. El primero, al poco de aterrizar. El segundo, saliendo de una gripe. Su acreditada calidad debe salir a relucir. Lo demás pasa por una defensa que puede y debe ser física, aprovechar las armas ofensivas sin excepción y que el acierto en el triple sea, al menos, el normal.

Sin levantar mucho la voz y mirando de reojo, atención al arbitraje. Tras las últimas actuaciones, el enfado está ahí. Y acreditado. Los corazones del Pazo no están para otro “meneo”.

Y si el COB tiene agobios clasificatorios, lo del Melilla ya son sofocos. Colista, a dos victorias de los puestos de permanencia, y con una racha de nueve derrotas seguidas. En su banquillo, Gonzalo García de Vitoria. ADN cobista en el banquillo de al lado. El preparador vasco trabaja para cambiar la cara del equipo desde que llegó el pasado 18 de enero.

Mercado

El mercado les dejó a Jarumbauskas desde el Cáceres, y al “jugón” Trey Davis, referencia ofensiva desde que pisó suelo español. Esperan a al excobista Balaban, firmado ya pero que se incorporará tras este encuentro. Inexpertos en la categoría como Mulero o Mensah, clásicos como Fall o jugadores que buscan crecer como Thompson. La baja del base Javi López les hizo y hace daño.

Y aunque, si gana el equipo cobista, sería una hecatombe terminar la competición igualados con el Melilla, en la primera vuelta se perdió de 18 puntos. Por aquello del hipotético basketaverage llegado el momento.

Un partido al que le sobran los alicientes, tanto deportivos como sentimentales. Serán 40 minutos de pelea por la necesidad más pura y absoluta en el baloncesto: acercarse a la permanencia. El COB cuenta con armas suficientes para terminar el duelo con los brazos levantados. Pero toca demostrarlo y que el oxígeno llegue en forma de victoria.