Alcaldes lusos piden fondos y voluntad para el eje del Xurés

Subrayan que la ampliación de la AG-31, a través de A Madalena y Celanova, es esencial

El objetivo, una mejor infraestructura transfronteriza Celanova-Xurés/Gerês

La conclusión de la autovía AG-31, que algunos foros ourensanos ya han empezado a denominar Celanova-Xurés, fue el eje de las conversaciones y reivindicaciones de los gobernantes de Galicia y Portugal que ayer se dieron cita en Lobios con motivo del acto anual de reconocimiento de fronteras. El salón de plenos de la localidad, además de ser testigo de que siguen en el mismo sitio los marcos que limitan Lobios con Arcos de Valdevez, Ponte da Barca y Terras de Bouro, sirvió para que los mandatarios locales alzaran una única voz para exigir a los gobiernos de Portugal y España, y a la Xunta de Galicia, la constitución de una mesa de trabajo que impulse definitivamente la mejora de este eje viario transfronterizo, la comunicación más directa y natural entre Ourense y el norte de Portugal.

La pretensión de los mandatarios locales es que en esa mesa estén representados y coordinados los municipios directamente implicados en el eje viario “y que se nos tenga al corriente de los pasos que se vayan dando y también para que sirva de impulso para que sea una realidad y no una utopía”, trasladaba la alcaldesa de Lobios y anfitriona, Mari Carmen Yáñez sobre un tema que este 2022 ha traspasado el debate político y sumado adhesiones desde el ámbito vecinal, social y empresarial, con el apoyo de más de 50 colectivos ourensanos para instar a completar la autovía hasta la frontera con Portugal.

La llegada del AVE a la ciudad de As Burgas ha sido el punto de inflexión del lado portugués. Así lo reconocía el presidente de la cámara municipal de Arcos de Valdevez, João Manuel Esteves, quien aludía a las relaciones comerciales y empresariales de esta parte de la “raia”, pero también al parque transfronterizo y reserva de la biosfera Gerês-Xurés. “En Portugal estamos en la misma fase que aquí, en la de no haber (nada). Necesitamos que esta reivindicación viaria salga del papel, que se concrete”, dijo, desvelando una reciente reunión con el ministro de Infraestructuras portugués en la que se ahondó en el caracter “esencial” de esta carretera y de la necesidad de encontrar financiación. “Ahora mismo se dan las condiciones”, señaló.

Trazado sin impacto

A la prolongación de la AG-31 Ourense-Celanova hasta la frontera de Lindoso se le uniría, en el tramo luso, la mejora del trazado viario actual hasta enlazar con la IC-28. “No tiene impacto ambiental y tampoco es muy elevado el coste económico. Ahora bien, el impacto social de la carretera y el impacto económico que la carretera tendría para la región sí es grande”, trasladaba Estévez, subrayando que solo falta “voluntad política”. Algo en lo que también incidía su homólogo de Terras de Bouro, Manuel Tibo, quien criticaba la línea centralizadora que se está aplicando en el país vecino, y como en algunas regiones se están proyectando terceras autovías y, en el caso de la ‘raia’ con Ourense, el dinero no llega. “En Viana do Castelo se está hablando de 150 millones de euros cuando aquí, con 15/20 millones, se resolvía una situación que no trae impacto ambiental, más bien es una corrección del trazado de la que todos nos vamos a beneficiar”, dijo haciendo referencia al impacto que tendría en el turismo, con un parque transfronterizo y el circuito termal

Desde Ponte da Barca, Augusto Marinho, incidía en que el proyecto supondría una reducción del tiempo y un aumento de la seguridad viaria para vehículos ligeros, pero también para mercancías. “Es una vía importantísima desde el punto de vista económico. Es la puerta con la provincia de Ourense (y con la A-52 y el AVE) y quedó reflejado cuando se cerró la frontera con la pandemia, el trastorno que supuso para las empresas”.

Comprobado: los marcos siguen igual que en 1864

España y Portugal firmaron en 1864 el Tratado de Lisboa. Un documento en el que se recogían los límites entre ambos estados y que los municipios fronterizos deben certificar con carácter anual. Lobios ejerció ayer de municipio anfitrión y, como viene ocurriendo en los últimos años, citó en un único acto a las tres cámaras lusas con las que comparte frontera para certificar que los marcos siguen en el mismo sitio y, de paso, compartir una jornada de confraternización y hermandad.

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