La falta de recursos, principal crítica al plan rector del Xurés

El Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, el más grande y habitado de Galicia, es protagonista estos días de un exhaustivo proceso de análisis y evaluación a raíz del inicio del periodo de exposición pública del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG). La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, con la publicación del decreto en el Diario Oficial de Galicia, trasladaba a habitantes y propietarios de este espacio natural protegido, la hoja de ruta que durante los próximos 10 años marcará lo que se puede y lo que no se puede hacer en las casi 30.000 hectáreas protegidas que suman Bande, Calvos de Randín, Entrimo, Lobeira, Lobios y Muíños.

Tras las primeras jornadas de estudio, el documento protagoniza versiones encontradas entre los distintos agentes del territorio, tanto en lo que a valoraciones sobre el proceso de redacción del documento se refiere, como del propio texto en sí que algunos consideran muy restrictivo y, otros, poco concreto con respecto al nivel de cumplimiento de las directrices de protección del medio ambiente y la biodiversidad. En lo que sí coinciden representantes de los distintos sectores consultados es en la crítica a la propia planificación del día a día en el PRUG, cuestionando la partida del programa económico con 180.000 euros anuales de media. Una cifra que fuentes autonómicas trasladaban que se corresponde con el programa de conservación, siendo muy superior la inversión anual en el Xurés fruto de las aportaciones que desarrollan las administraciones locales, autonómicas y estatales, y a través de los proyectos europeos.

Periplo

El documento llega 12 años después de la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y tras tres años de espera por un plan rector cuya redacción se licitó en 2018. El periodo de exposición al público y presentación de alegaciones estará abierto hasta el 27 de diciembre, tres días antes de cerrar el año. “No estamos nada contentos, se hace deprisa y corriendo. Una norma que afecta a toda la población no se puede hacer así. Sin reuniones presenciales, dejando muchas cuestiones en el aire y limitando muchas actividades. Se está condicionando la vida en el Xurés los próximos 10 años y por supuesto que presentaremos alegaciones y, si se aprueba así, será sin nuestro consentimiento”, traslada Domingo Rodríguez, comunero y miembro de la junta rectora. Desde el Concello de Bande, la alcaldesa Sandra Quintas (PP), manifiesta que “el PRUG es un documento muy necesario y algo por lo que llevábamos mucho tiempo esperando. Creo que es una figura que le dará un nuevo impulso positivo al Xurés y, por lo que hemos visto hasta el momento, parece que no supondrá grandes problemas”.

En el desarrollo del plan rector y, para el cumplimiento del objetivo global de mantenimiento de los hábitats naturales y de las especies de flora y fauna de interés en convivencia con la actividad social y económica, el documento establece cuatro programas de conservación de la biodiversidad, el paisaje y el patrimonio cultural; de investigación, seguimiento y evaluación; de gestión del uso público y de mejora de las infraestructuras, instalaciones y equipamientos.

Planes y programas

La inclusión de un plan de emergencias, que establece cómo actuar en caso de catástrofes naturales o riesgos antrópicos, es una de las novedades del plan y algo que aplaude Sandra Quintas, ante el alto riesgo de incendios que amenaza cada año el parque natural. Según datos oficiales, entre 2011 y 2020 ardieron 13.238,52 hectáreas, resultando afectada un 45,11% del total de la superficie del espacio protegido. Su homólogo de Entrimo, Ramón Alonso, considera que el protocolo diseñado para la actuación en materia de emergencia se queda corto. “Nosotros queríamos algo más potente en materia de prevención y lucha contra los incendios”, dijo el socialista, quien no ha visto reflejadas sus aportaciones sobre eliminación de especies invasoras y un plan especial de depuración de las aguas. “No es una decepción, porque ya no esperas nada. No hay una dinámica distinta por parte de una administración con competencias para dinamizar la zona”, dice sobre un territorio que, desde 1995, ha perdido al 35,5% de su población (hoy hay 7.254 habitantes).

La zonificación propuesta establece cuatro niveles de protección

El cambio de la zonificación es otra de las cuestiones que preocupa a los habitantes y residentes en los concellos del Parque do Xurés. La modificación ha incluido una variación de la nomenclatura y de los niveles de clasificación de las distintas zonas, con el objetivo de adaptarlo al resto de espacios naturales gallegos, y también sobre el territorio, según los responsables autonómicos, para adaptarlo a los usos actuales del terreno. Unos cambios que comuneros, ecologistas y vecinos avanzan que estudiarán con lupa en todo el territorio, especialmente en zonas como el valle de Río Caldo (Lobios), uno de los pocos santuarios que se han salvado de las llamas de los últimos años y que ha visto modificada su protección en las zonas altas.

NUEVO MAPA

El nuevo mapa contempla una “Zona I de reserva”, en aquellas áreas que requieren un alto grado de protección y que se corresponde con las 2.067,63 hectáreas (7,04 % del parque) en la Alta Serra do Xurés en Lobios y Muíños, el barranco de Cruz do Touro en Lobios y el barranco de Olelas en Entrimo. La “Zona II de uso limitado”, con 17.233,81 hectáreas (58,66%), se extiende por la franja de protección de longitud variable en las laderas de la Serra do Xurés en Lobios y Muíños, Serra de Santa Eufemia en Lobios, zonas altas de la Serra do Quinxo y Serra de Queguas en Entrimo, las zonas boscosas de Calvos de Randín, así como en las dos áreas conformadas por hábitats prioritarios de matorrales húmedos pertenecientes a los concellos de Bande y Calvos de Randín. La “Zona III de uso compatible”, de 9.825,51 hectáreas (33,44%), recoge aquellos ámbitos donde hay cierto nivel de humanización, mientras que la “Zona IV de uso general” que está formada por aquellas áreas de urbanización, de uso público, pueblos y vías asfaltadas, apenas ocupa 252,45 hectáreas (0,86%).