Suerte bendecida en A Vila, Lobios

UN DÉCIMO MISTERIOSO

Custodiado por San Lorenzo. Así ha llegado este año el décimo misterioso a los hogares de A Vila, el pueblo de Lobios donde un desconocido regala, cada año a sus vecinos desde hace tres navidades, un boleto de lotería para el sorteo del 22 de diciembre.

Los vecinos con la misiva en el exterior de la capilla de A Vila.
Los vecinos con la misiva en el exterior de la capilla de A Vila.

Los vecinos de A Vila, en el concello de Lobios, recibían este pasado fin de semana un nuevo “agasallo” de su particular amigo invisible. Por tercer año consecutivo, una persona desconocía compartía con los residentes habituales de este núcleo de montaña del Xurés, un décimo de lotería para el sorteo del 22 de diciembre.

Se trata del número 61.930 adquirido en una administración de loterías de Torrent (Valencia), y que ha vuelto a llenar de agradecimiento e ilusión a sus portadores. “A ver se á terceira temos algo máis de sorte”, bromeaba Rosa Paz, una de las afortunadas en recibir este detalle anónimo, si bien resaltaba que el mayor premio es la buena intención y generosidad de esta persona que, si bien algunos vecinos tenían prácticamente identificado el año pasado, al 99% decía entonces Zacarías, la maniobra de entrega de este año los ha vuelto a colocar en la casilla de salida.

En esta ocasión, el boleto no llegaba a los buzones de A Vila, sino que, para ganárselo, los vecinos tuvieron que participar en un pequeño juego. “Menudo lío”, recordaba Pepe Paz ayer, tras recibir el viernes en el buzón una carta donde, además de felicitar las fiestas, retaba a aliarse con sus convecinos y sumar, entre todos, el número con el que se despedía la misiva. “A carta dicía que nos xuntásemos todos os veciños e sumásemos o número que, cada un de nós, tiña na carta. Ese era o código para abrir a caixa depositada aos pés de San Lorenzo”, relataba Rosa Paz.

Dicho y hecho. Tras recopilar las 11 cartas y sumar los correspondientes números, los vecinos se citaban en la jornada dominical delante de la capilla y, nada más entrar, a los pies de la talla de San Lorenzo, localizaron una biblia. “Na carta puña que este ano non tiñamos agasallo, pero si a axuda de San Lorenzo e, ao ver a biblia, pensamos que era para que nos animásemos a ler”, relataba Rosa Paz, quien se hacía eco de la sorpresa de todos los allí presentes cuando, al abrir el libro, “atopamos a caixa forte e, tras meter o código, dentro estaban os décimos co nome de cada un de nós”, añadía Pepe.

Cómo llegaron los décimos hasta allí es un misterio, aunque no para todos los vecinos. Hace unos días hubo una misa y cualquiera pudo entrar y dejar disimuladamente la biblia allí , aunque Rosa, la única vecina que tiene las llaves, desvelaba ayer que “hai dous días unha persoa pediume ir ver a capela, non vou dicir quen era, pero quizais foi mandado por alguén”, dice sellando labios para no dar más datos y mantener en secreto la magia de la Navidad en A Vila.

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