Devoción y colorido en el adiós de As Maravillas

Hay citas que están marcadas en rojo en el calendario festivo comarcal y As Maravillas, en Cartelle, es una de esas romerías que mantienen el arraigo familiar, donde los vecinos se reencuentran tras el largo invierno y donde los feligreses siguen pujando con fervor por meter las andas de la Virgen, con cifras que ayer alcanzaron los 100 y 120 euros.

El repicar de las campanas y las bombas de palenque anunciaban minutos antes de mediodía el inicio de la procesión de la Virgen hasta la cruz. Un recorrido amenizado por la charanga Os Bandiños Band que, al son de los tambores primero y de versiones más comerciales como “Para no verte más” después, guiaron el recorrido encabezado por los característicos ramos de bolas de colores y que este año tenían un brillo especial tras la restauración llevada a cabo, principalmente, por un grupo de mujeres durante el invierno. “¡Una princesa!”, exclamaba una pequeña que, de la mano de su progenitor, asistía al regreso de la Virgen al santuario, donde se celebró la misa solemne a la que asistieron antiguos rectores de este santuario como José Luis, Modesto, José Ramón y el actual, Jorge Estévez, entre otros párrocos del Arciprestazgo.

Tras la celebración de la misa solemne, hubo tiempo para el vermú antes de un descanso para comer y seguir la fiesta por la tarde-noche con un último pase musical con la charanga Galácticos y la orquesta Saudade.

La parroquia-santuario albergó su día grande después de un intenso fin de semana de celebraciones paganas. Con la primera feria de artesanía dominical, que fue todo un éxito no faltaron las atracciones, la música en directo y el pulpo, imprescindible en esta celebración que marca el pistoletazo de salida a las fiestas del verano en Terra de Celanova. No habrá que esperar mucho, ni irse muy lejos, para la siguiente cita: los días 14 y 15 de junio con el Espíritu Santo en A Merca.