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DE VUELTA EN LA PROVINCIA
Cada verano, desde hace más de medio siglo, la familia Guerrero Felipe coge un vuelo desde New Jersey hasta Oporto para pasar unas semanas de desconexión en Celanova. No es su villa natal, matiza el matrimonio formado por Antonio y Aurelia, él de Xinzo de Pontedeva y ella de Vilameá de Ramirás, pero sí el lugar que escogieron para fijar las raíces de su pequeña gran familia, compuesta por dos hijos y cuatro nietos.
¿Hace cuánto tiempo que veranean en Celanova?
Venimos todos los años. Antes pasábamos seis semanas aquí. Pero ahora ya estamos un poco mayores y tenemos que esperar por las nietas. Ya no nos dejan venir solos. El único momento en el que no vinimos fue por la pandemia. Al ser mayor siempre te recomiendan no viajar. Incluso ahora, cuando vas al doctor, te pregunta ¿viajaste? A nuestra edad, los viajes se notan.
¿Y la familia quiere venir?
El motivo de que nosotros compráramos este piso en Celanova, en 1987, fue por los chicos, porque les gustaba Celanova y tenían aquí su grupo de amigos. Nosotros veníamos todos los veranos y parábamos en Xinzo (Pontedeva) y Ramirás, pero a ellos les gustaba mucho Celanova y a mí no me gustaba que anduvieran con el coche de noche.
¿Cuál es su rincón favorito de Celanova?
La plaza, vamos todas las noches. Allí se reúnen también los nietos con sus amistades, con los primos, y lo pasan bien. Tanto los hijos como los nietos mantienen sus amigos aquí. Eso fue todo porque veníamos siempre, agarraron esas amistades. A mí lo que más me gusta es que aquí tienes todo: una farmacia, médico, supermercado… y sin necesidad de coche. Antes aún había líneas (autobús) por los pueblos, ahora nada.
¿Se han planteado regresar definitivamente?
Yo llegué a América con 18 años, conocí allí a mi marido. Aunque era de Xinzo (Pontedeva) nunca hubiera venido a Ramirás porque de aquellas no había coches y figúrese, ¡no iba a venir caminando desde allá!. No tenemos negocios allá, pero sí propiedades y, lo más importante, la familia. Mucha gente, sobre todo desde que estamos jubilados, nos dicen por qué no estamos más tiempo aquí… Es verdad, pero los hijos y los nietos están allá y eso es lo que cuenta. Cuando uno es joven, quiere estar separado y andar a su aire, pero cuando uno es viejo, quiere y necesita estar con la familia.
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