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Vecinos de Gomesende, Padrenda, Pontedeva y Cortegada llevan meses asistiendo a una merma en la calidad del servicio postal que presta la empresa pública Correos y que se traduce en retrasos a la hora de recibir las cartas y también en la admisión de la correspondencia.
Así lo aseguran los alcaldes de estos cuatro concellos que acaban de presentar, de forma conjunta, una queja formal a Correos en la que piden la reposición de la plaza de cartero de Pontedeva, origen según ellos del problema al incrementar la carga de trabajo del resto de compañeros. En la misiva también solicitan el refuerzo de la oficina postal de Cortegada, dependiente de Ribadavia, y en la que se ha reducido el horario de atención al público. "Tiñamos un bo servizo e unha carteira moi eficaz, pero tras a súa marcha, estanse a producir moitas queixas", reconoce el alcalde de Pontedeva y portavoz, José Carlos Guerrero, quien lamenta que las reestructuraciones del servicio se hayan tomado sin tener en cuenta las características de un territorio rural disperso y con una población envejecida que, en muchas ocasiones, carece de medio de transporte propio.
Los trabajadores actuales tienen "unha extensión moito máis grande e non dispoñen do tempo necesario para cubrir diariamente tódalas zonas", aseguran los regidores, quienes añaden otro hándicap, el continuo cambio del personal. "Cando un carteiro xa se asenta, empeza a coñecer o concello e á xente, o cambian", lamenta Guerrero, quien asegura que se ha dado el caso de que, con este panorama, algún vecino ha tenido que pagar con recargo alguna tasa municipal al generarse un segundo recibo.
En el escrito, los cuatro regidores dirigen sus sospechas a un posible "desmantelamento total do servizo e un futuro peche da oficina de Cortegada, que pasaría a depender de Ribadavia o que, sen dúbida, causaría un gran prexuízo a máis de 5.000 veciños", aseguran sobre una política contraria a la dinamización del rural. De darse el caso, describen, "un veciño de algunha zona de Padrenda debería recorrer de 80 a 100 quilómetros para poder recoller unha carta certificada si, no momento do reparto, non se atopase no seu domicilio".
Desde Correos explican que trabajan para actualizar las diferentes rutas y tareas de reparto para adecuarlas al volumen de envíos y que los carteros tengan una carga de trabajo equilibrada, pudiendo realizar las entregas de correspondencia y paquetería con la máxima eficiencia y calidad. En el caso concreto de esta zona rural ourensana, aseguran que la carga "se ha visto mermada tanto en envíos ordinarios como registrados" y se ha redistribuido entre los trabajadores, "con el objeto de ser más eficientes y optimizar recursos materiales y humanos". Unas modificaciones que Correos niega que afecten ni al servicio, ni a los ciudadanos.
En este punto, fuentes de la empresa postal recuerdan que Correos debe garantizar un servicio con los índices de calidad en la entrega exigidos por el organismo regulador de la actividad postal en España, ademas de ser eficientes con los recursos.
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