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TESOROS POR DESCUBRIR
Integrado en la comarca de Terras de Celanova, el Concello de Padrenda está ubicado en el noroeste de la provincia ourensana y cuenta con multitud de recursos naturales y paisajísticos que lo convierten en un enclave ideal para disfrutar del turismo rural.
Sus entrañas esconden numerosas rutas de senderismo que recorren un entorno natural único protagonizado por grandes desniveles geográficos, y es que su orografía adquiere altitudes que oscilan entre los 75 metros sobre el nivel del mar del puente de Frieira, hasta los 1.227 metros de Pena Rubia.
Son múltiples las opciones que ofrece este municipio, desde pasear por el río Miño en catamarán, disfrutar del rafting o puénting, realizar rutas a caballo o ser testigos de la berrea otoñal de los venados en los montes de Leboreiro.
Sin lugar a dudas, la historia de Padrenda está marcada por su característica “arraiana” que ha traído consigo incontables historias de supervivencia ligadas al contrabando y la emigración, así como las guerras fronterizas y civiles. Sin embargo, un pasado milenario recae sobre este municipio que contó con un primitivo poblado prehistórico que se hace patente en “As Mámoas de Bandexa”. Los Castros de A Torre, Monterredondo, Desteriz y San Miguel, darán continuidad a una población en la que irrumpirán los romanos y sus explotaciones mineras y a una Edad Media marcada por un fuerte carácter beligerante.
Paso de peregrinos portugueses que seguían la variante de la calzada “Brácara-Augusta” durante los siglos XVI y XVII, sigue conservando su gran protagonismo en este ámbito, ya que Padrenda es uno de los puntos de entrada desde el país luso del Camiño Miñoto-Ribeiro.
Entre los múltiples lugares a visitar en este enclave ourensano, se puede encontrar la Ruta das Fragas do río Gorgua, el Mirador Alto do Lodairo o Ponte Barxas.
El discurrir de los ríos Troncoso y Leboreiro que recorren parte de la localidad de Padrenda haciendo frontera con Portugal, convirtió en 2014 a este territorio “arraiano” en la primera Reserva Natural Fluvial Internacional de la Unión Europea. Así, se llevó a cabo un proyecto pionero de mejora y protección de las cuencas y masas de ambos ríos con el objetivo de reorientar la función productiva de la zona y estimular el turismo ambiental. Se llevaron a cabo además intervenciones en las márgenes de los ríos para recuperar y acondicionar ambas riberas, y también se ha propiciado la construcción de nuevos accesos para posibilitar la comunicación y relación de los habitantes de las poblaciones limítrofes, como la pasarela peatonal sobre el río Troncoso en Acivido. Realizar un recorrido por este lugar es casi una obligación para los amantes del entorno natural.
Considerada una de las rutas más antiguas del Camino de Santiago, conecta el norte de Portugal con la capital gallega. Aunque es una ruta jacobea poco conocida, esta vía fue la utilizada en la Edad Media cuando la peregrinación comenzó a desarrollarse.
Padrenda es uno de los puntos de entrada de esta ruta en Galicia y forma parte de un discurrir sorprendente, donde se pueden encontrar calzadas romanas, caminos medievales, monasterios, bodegas o edificios religiosos.
Partiendo desde Braga hacia Vilaverde, pasa por Ponte da Barca, Arcos de Valdevez, Monçao y Melgaço para atravesar la frontera en el concello de Padrenda y poner rumbo a Pontedeva. Aunque existen tres posibles entradas en nuestro territorio, este es el itinerario principal.
Con una distancia aproximada de 12 kilómetros, esta ruta se inicia en Freans de Crespos e irá progresivamente ganando altitud hasta encontrar las partes altas del Valle Gorgua. Por el camino, se podrán encontrar aldeas con mucho encanto, antiguos molinos, cascadas, puentes y maravillosos senderos.
Este recorrido permite conocer el fantástico entorno natural que atesoran los ríos Gorgua y Esmoriz, y se convierte en un plan inmejorable para disfrutar de un día entre la tranquilidad y la naturaleza.
Situado a 494 metros sobre el nivel del mar se eleva el Alto do Lodairo, conocido también en la zona como Penedo do Monte. Desde este, se pueden divisar tres provincias, Ourense, Pontevedra y Viana do Castelo, en Portugal, siendo un total de ocho los concellos que se pueden divisar.
El lugar está presidido por una gran escultura metálica que representa la silueta de un oso pardo y recuerda la historia del último de los ejemplares que habitó Galicia y fue abatido con un apero de labranza por un vecino del lugar. Junto a esta, un hermoso banco en el que reza la inscripción “Descubre Padrenda” permite divisar estos horizontes casi mágicos.
En la frontera entre Galicia y Portugal, este enclave albergaba el antiguo puente de Ponte Barxas, una construcción muy peculiar que marcaba la frontera hispano-lusa sobre el río Troncoso. Este pintoresco puente elaborado a base de madera fue destruido durante la Guerra Civil y en 1935 se construyó un nuevo puente unos metros más arriba que se inauguraba junto a la carretera internacional que enlazaba Sao Gregorio con Melgaço. Aquí se situó una aduana hasta 1992, momento en el que entró en vigor el Acuerdo de Schengen que estableció la libre circulación de personas en la Unión Europea. Este fue testigo de múltiples historias de emigración, contrabando y otras muchas vivencias.
Visitar este lugar es, sin duda, un viaje al pasado en el que aún queda palpable la interconexión entre dos países diferentes, dos pueblos que han tenido una historia conjunta y permanecen aún ligados en multitud de aspectos.
Padrenda es, sin duda, una localidad donde toma protagonismo la actividad cinegética y la pesca, es por ello que degustar cualquier ejemplar procedente de alguna de estas prácticas deportivas se convierte en un auténtico manjar.
Restaurante “Casa Manco” es, entre otras, una opción ideal para hacer un alto el el camino y reponer fuerzas a base de un producto de calidad y una cocina casera. Acompañado de un trato cercano y familiar, son especialistas en la elaboración de la lamprea, un producto muy apreciado en la zona y que hace que Padrenda destaque por ello.
Otras de las opciones para tomar un respiro en el municipio pueden ser Café Bar km31, Café Bar Tato o Bar Frontera. Detenerse en un negocio de hostelería y escuchar de primera mano las historias que envuelven este territorio transfronterizo, merece ya de por sí la pena.
El descanso también es posible en Padrenda, rodeado por la naturaleza y frente a un paisaje único, la casa de turismo rural “Casa Grixo”, con capacidad para hasta veinte personas.
Sin lugar a dudas, su gastronomía, su ambiente y sus gentes hacen de este municipio de la provincia ourensana, donde reina la calma, el lugar ideal para disfrutar de un fin de semana de descanso, apartados del bullicio y el estrés de la ciudad.
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