Vilanova renueva su fe

Andando o en coche, por fe o tradición familiar, la capilla en honor a la Virxe do Cristal erigida al pie de la carretera entre Celanova y Ourense se quedó pequeña para albergar a los feligreses que asistieron a la misa mayor en la tradicional romería celanovesa.

Las distintas pistas y viales que comunican con el santuario mariano fueron tomadas por hileras de coches en los minutos previos a la procesión que, pese a la amenaza de lluvia, salió en dirección al burgo medieval de Vilanova para reunirse con San Sebastián y San Roque en la procesión de "O Encontro". "Leva tres anos que chove cada 15 de setembro, o ano pasado, o primeiro sen don Adolfo nin a pequeniña, a procesión non saíu", recordaban varias vecinas del pueblo de A Roda, que acudieron ataviadas con un mandil y portando grandes velas en ofrenda por un deseo cumplido. Unos metros más adelante, una mujer guardaba silencio mientras subía con los pies descalzos por A Barroca.

Las pétreas y empinadas calles del burgo medieval asistieron, por vez primera, al paso de la nueva la Virxe do Cristal. "Pienso que los vecinos están alegres por la nueva imagen, que es igual en materiales y dimensiones, con la dificultad que eso acarreó para los orfebres, pero lógicamente quieren que aparezca la otra porque es la nuestra", comentaba el actual cura de Vilanova, Antonio Gómez, que tuvo palabras de cariño para su antecesor "un gran amigo", dijo, que permanecerá en la memoria colectiva para siempre.

Encontro

Al compás de los acordes de la Banda de Vilanova se encontraron la Virxe do Cristal y las tallas de San Sebastián y San Roque en la plaza de O Recreo. Juntas, las tres imágenes siguieron su camino hasta la plaza de Victor Ferro donde, a pesar de una lluvia constante, los danzantes de Vilanova le rindieron pleitesía con la interpretación de la danza gremial.

La jornada festiva trascurrió, algo más despejada meteorológicamente hablando, entre los dos márgenes de la OU-540 donde hasta el domingo permanecerán los tradicionales puestos gastronómicos y los bares que, cada noche, abastecen a los asistentes a la verbena que ayer inauguró la orquesta Assia.