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REPORTAJE
Afable. Amigo de sus amigos. Dicharachero. Divertido y un grandísimo cocinero. Herrero de profesión y emigrante de juventud. Vicente Feijóo es de esas personas a las que todo el mundo quiere. Muestra de ello fue la sorpresa de cumpleaños que le prepararon sus familiares, amigos e, incluso, la corporación municipal. Y es que Vicente cumplió este jueves 100 años. Motivo suficiente para festejar en Monterrei.
Vicente nació en Albarellos, se casó en Vilaza y emigró a Róterdam para trabajar en el astillero. Allí recibió a mucha gente con los brazos abiertos, entre ellos al exalcalde de Monterrei, José Luis “Chelis” Suárez, quien estaba en París trabajando en su juventud, fue a visitar a Vicente y allí se quedó gracias a su buena voluntad. Debido a la amistad que se profesan, Suárez padre no faltó a la fiesta de cumpleaños de su gran amigo, quien recibió a todos los presentes con especial ilusión.
El centenario de Vilaza -el más mayor del pueblo- volvió a Monterrei, donde tuvo dos hijos -Paco y Luis- y trabajó de herrero, profesión que aprendió por curioso. “Ata fai pouco facía as súas cousiñas, tamén cociñaba e era autónomo ao 100%”, cuenta su nieta Irene Feijóo, quien se enorgullece de su abuelo y asegura que “poderiamos facer un libro con todas as súas historias, é unha persoa moi familiar, sociable, amigo dos seus amigos, e sobre todo, -rie- comilona”.
Vicente siempre encontraba cualquier escusa para juntarse con los suyos y festejar la vida. Por ello, su familia quiso celebrar su 100 aniversario. Y él se puso radiante para la ocasión: trajeado y elegante disfrutó como un niño. A la celebración acudió también José Luis Suárez, alcalde de Monterrei, y miembros de la corporación municipal: “É un home moi querido por todos, unha persoa excepcional, que cumpra 100 anos é algo moi especial para nós”, anotó el regidor, obsequiando a Vicente con una placa por sus 100 velas. Y entre tanta gente feliz por el cumpleañero, sus ojos se perdían tras su bisnieto, quien tiene dos años y por un par de días no nació el mismo día que Feijóo.
Y es que no todos los días uno cumple un siglo de vida, por ello sus seres queridos quisieron reunirse con el centenario, abrazarlo, felicitarlo y recordar las mil y una anécdotas que vivieron juntos. Tras soplar las 100 velas de la mano de sus nietos y bisnieto, así como de otros familiares, Vicente sueña con una vida tranquila en la que la familia y los amigos sigan unidos, algo por lo que siempre luchó. Lo más importante.
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