Tras la huella castrexa en Monterrei

Campo de voluntariado

Es la primera vez que Monterrei recibe un Campo de Voluntariado, que destinó al trabajo en el área de la arqueología, para conocer los orígenes castreños del Castillo

Un campo de voluntariado arqueológico descubre Monterrei

Desde el pasado 16 de julio, un grupo de voluntarios convirtió el colegio de Medeiros (Monterrei) en su casa por doce días. Siete jóvenes de Andalucía, País Vasco y Galicia forman parte del Campo de Voluntariado arqueológico de Monterrei, junto a Giovanna Seijo, directora del Campo, Adriano Ferreiro y David Peral, los monitores, que aterrizaron en este municipio para conocer el patrimonio, cultura e historia de la fortaleza y su entorno.

“É unha forma moi interesante de combinar este espazo de ocio coa aprendizaxe nesta riqueza que temos, e coido que farán que a actividade sexa de éxito seguro”, señala José Luis Suárez, alcalde de Monterrei, que esta mañana visitó a los voluntarios para conocer el trabajo que están desempeñando. Y es que es la primera vez que el consistorio recibe una subvención para un Campo de Voluntariado, “participamos activamente en todas as liñas de axudas que organizan dende a Dirección Xeral de Xuventude, pero nunca optáramos por un campo de voluntariado e a verdade é que nos pareceu interesantísimo para continuar descubrindo este tesouro que temos en Monterrei”, añade el regidor municipal.

CAMPO VOLUNTARIADO MONTERREI (C.C)
CAMPO VOLUNTARIADO MONTERREI (C.C)

Con ilusión y curiosidad, estos jóvenes trabajan en el sondaje arqueológico de la mano de Xeitura S. Coop. Gal. La arqueóloga Ángeles Coello explica que “estamos buscando as orixes castrexas do Castelo, e cos rapaces estamos traballando nas labores de limpeza, ensinándolles tamén a debuxar, os debuxos arqeuolóxicos de rexistros, nos seguintes días tamén nos axudarán a facer outro tipo de rexistros”, sobre su labor a las puertas de la Acrópole, algo que “me parece muy interesante, estudio antropología y el trabajo de campo siempre es una buena opción”, destaca Ainhoa, una voluntaria vasca.

Como ella, sus compañeros están contentos con el trabajo que desempeñan todas las mañanas, dejando libres las tardes para conocer la comarca: “Conocimos la ecosenda fluvial del Támega, fuimos a la piscina fluvial de Nocedo do Val, visitamos una bodega, queremos conocer la Eurocidade y, en definitiva, exprimir los días al máximo”, salienta Adriano Ferreiro.

Así, hasta el próximo martes, este pequeño grupo continuará ganando conocimientos arqueológicos, descubriendo las peculiaridades de Monterrei y disfrutando de los atractivos turísticos de la zona, “además de acabar con el estereotipo de que en Galicia siempre hace frío, ¡menudo calor!”, concluye entre risas Ferreiro, pues el humor no falta en estas jornadas.

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