Protección de San Antón para las mascotas de Verín

Un año más, no hizo falta esperar a que arrancase la procesión de san Antón, que recorre con su imagen el camino que separa la iglesia parroquial de Ábedes hasta la capilla en honor al santo, situada en el monte cercano que lleva su nombre, para encontrarse a numerosos “devotos” de esta romería popular.

Una celebración de profundo arraigo en la villa del Támega, que sirve de preludio del Entroido de Verín: “Chova, neve ou faga sol, hoxe é san Antón”.

Fieles a la tradición, desde primera hora de la mañana centenares de verineses fueron ocupando sus parcelas en el monte alrededor de la capilla, previamente acotadas en las jornadas anteriores, y reuniéndose con familiares y amigos.

Quien más y quien menos ya tenía antes de media mañana al menos algo de panceta asada para poner a prueba el fuego recién hecho, bien acompañado por vino de la comarca y algún caldo para calentar el cuerpo.

A diferencia de otros años, en que el festivo local del 17 de enero estuvo pasado por agua, este viernes lució un sol espléndido, lo que provocó que más de uno se reenganchase a esta tradición tras alguna ausencia. Los más veteranos y los que nunca fallan se reencontraron con sus vecinos de jolgorio y desplegaron sus carpas, ocupadas por mesas y todas las comodidades para aguantar esta larga jornada.

Los más jóvenes, por su parte, fueron mucho menos madrugadores, probablemente aprovechando ya desde el jueves el comienzo del puente. Resguardados por la parte baja del monte, detrás de la capilla, la música a todo trapo fue el principal ingrediente de todas sus xuntanzas.

Los animales, protagonistas

Si algo caracteriza a san Antón Abad, patrón de los animales, además del humo de las fogatas y del olor a chorizo, es sin duda la bendición de las mascotas.

Tras la procesión tuvo lugar la misa solemne y, a su conclusión, los párrocos bendijeron a un nutrido y heterogéneo grupo de perros, algunos de ellos llevados en brazos, más pendientes de sus compañías humanas que del deseo de protección que recibieron.

Oscar Martínez, arcipreste de Verín, pidió a su manera “que non volvan perturbarlle á casa ao san Antón, que xa lle cambiamos a porta catro veces”, en referencia a los actos vandálicos que ha sufrido últimamente la preciosa capilla, todavía huérfana de campana.

Tras el acto litúrgico, los romeros ocuparon sus posiciones y disfrutaron de una larga sobremesa, amenizada por la charanga Los Támega, que además este viernes jugaba en casa. Con la celebración de san Antón, ahora los cigarrones pueden por fin lucir su traje y máscara, y Verín ya solo cuenta los días que quedan para que dé comienzo el Entroido.