El 20% de los comercios de Ourense cerró sus puertas desde la pandemia

280 MENOS

Ya es la segunda ciudad gallega que presenta los peores datos en este apartado, solamente superada por la de Ferrol

Uno de los últimos locales cerrados en la ciudad, en la calle Ramón Cabanillas.
Uno de los últimos locales cerrados en la ciudad, en la calle Ramón Cabanillas. | Miguel Ángel

Ourense ha perdido un 20% de sus comercios desde la pandemia. La capital provincial cerró el año 2019 con 1.356 comercios minoristas y en 2023 (último dato ofrecido por el Instituto Galego de Estatística) eran 1.072, 280 menos en cuatro años. Si se observa el sector al completo, incluyendo el comercio mayorista, en 2019 eran 1.942 y en 2023 1.511, lo que implica un descenso de 1.431, un 28%.

De esta manera, Ourense se convierte en la segunda ciudad gallega peor parada en esta materia solamente superada por Ferrol (22%) y muy lejos de los datos de Vigo (15%) o Pontevedra y Lugo (16%).

Analizando la tipología de los comercios cerrados se puede observar una bajada generalizada en todas las clasificaciones. Destaca un descenso del 27% en los comercios de venta de artículos domésticos no tecnológicos o el 26% correspondiente a los especializados en artículos culturales. Además, hay una reducción del 14% de los comercios dedicados a la alimentación y del 16% en establecimientos dedicados a productos tecnológicos.

“Decir comercio es casi sinónimo de autónomo”, indica David Martínez, presidente de la Asociación Empresarial de Profesionales y Autónomos de Ourense (AEPA). Y es que el 70% de los establecimientos de la localidad son regentados por trabajadores por cuenta propia.

Entre las causas del cierre de comercios, destaca el nulo recambio generacional: “El problema viene de la ausencia de libertad de movimiento, el comercio te ata a un lugar y ahora a la gente no le gusta esto”, reflexiona. Beatriz Gómez, presidenta de la Federación de Comercio de Ourense, comparte esta tesis, aunque apunta más alto: “La cultura laboral ha cambiado. Aunque un negocio funcione bien, requiere muchas horas y responsabilidad. Ahora se prioriza el bienestar”.

Otro de los grandes retos que está atravesando el sector es la competencia de la venta online. Para Gómez, este es un desafío que los jóvenes emprendedores llevan mejor que los comerciantes mayores “a los que les cuesta mucho más”. El representante de los autónomos está de acuerdo pero hace algunos matices sobre la situación: “Muchas veces se dice que la digitalización abarata costes, y eso no es del todo cierto, necesitas una estructura que se mantenga todo el día y eso no se hace solo. Además, muchas veces se minusvalora lo valiosa y difícil de mantener que es que es una cartera de clientes física fidelizada”, explica.

Respecto a las dificultades que tienen los emprendedores en Ourense, la representante de la Federación de Comercio es clara: “Estamos en un lugar complejo y la burocracia no ayuda”. Indica que los trámites desde que se hace la inversión inicial y la obtención de la licencia es “demasiado elevado”, lo que hace que se incurran en “gastos excesivos”. Además, le preocupa que las grandes firmas estén eludiendo Ourense en sus planes de negocio.

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