Acusan a un bombero forestal por un fuego de 70 hectáreas en Viana

PIDEN UN AÑO DE CÁRCEL

El inculpado afirma que la quema de rastrojos que realizó en su “souto” quedó bien apagada

M. Sánchez

Publicado: 24 oct 2024 - 21:21 Actualizado: 24 oct 2024 - 21:22

Roberto G.O. muestra a la jueza dónde realizó las quemas.
Roberto G.O. muestra a la jueza dónde realizó las quemas.

Entre los trabajadores de un mismo gremio hay un viejo dicho a la hora de aludir a la solidaridad entre compañeros: “entre bomberos no se pisan la manguera”. Los trabajadores de extinción de incendio no iban a ser menos. Este jueves, en el Juzgado Penal 2, se comprobó. Los compañeros de brigada de Roberto G.O., de 52 años, rompieron una lanza por él en la vista oral en la que se le acusó de un incendio imprudente que calcinó 70 hectáreas en Fornelo da Cova (Viana), 40 de ellas de superficie arbolada. Uno de ellos, el capataz de la brigada forestal, prometió y juró al mismo tiempo para disipar cualquier sospecha de corporativismo.

Los tres bomberos -uno de ellos, hermano del inculpado, es el conductor de las motobombas- creen totalmente verosímil la versión de Roberto: “Los tres fuegos que realicé para la quema de rastrojos en un souto de castaños de mi propiedad, y que contaba con permiso de Medio Rural, quedaron bien apagados, por lo que se trata de otro incendio declarado al día siguiente, con mucho viento, que venía del lugar de las viñas y después llegó a mi finca”.

La quema controlada, en un terreno en pendiente, la realizó a las 09.30 horas del 28 de marzo de 2023 y, según explicó, quedó apagada a las 12.30 horas con “el agua de cuatro garrafas”. Echó mano del oficio -dos décadas como bombero-para adoptar medidas: la realización de una devasa de cinco metros (perímetro de protección exigido por la normativa autonómica) e ir acompañado de otra persona. Por la tarde, volvió al lugar para cerciorarse. “Llevo haciendo eso 20 años”, apostilló.

La fiscal se basa en el atestado policial de la Guardia Civil de Viana para sostener la acusación. “A los 15 minutos del inicio del incendio fuimos al lugar y ya vi que en su finca había cenizas incandescentes, por eso sospechamos que se inició allí”. Pero el 29 de marzo había alerta por fuerte viento y, según la hipótesis de los investigadores, removió las brasas y se propagó a los terrenos colindantes, cerca de una localidad con viviendas”. Eso sí, uno de los agentes que compareció en calidad de testigo dejó claro que “el punto de inicio en los incendios es muy difícil de concretar al 100%”.

El Seprona considera que el incendio forestal lo provocó uno de los tres focos que realizó Roberto, el más próximo a la masa forestal. “No se dejó devasa y había continuidad en el combustible”, aseguró. A su entender, el viento no pudo arrastrar la llamas desde otro lugar al souto de castaños “porque soplaba en dirección contraria”.

En este juicio quedó constancia que el viento aviva y apaga al mismo tiempo. Los bomberos declararon que están empleando “sopladores de jardín” -remueven las hojas- para apagar fuegos pequeños.

La fiscal, en su informe final, desvirtuó las manifestaciones de los compañeros de profesión de Roberto sobre los orígenes del fuego “porque no realizaron informes periciales y declaran como testigos”. Reclama una pena de un año de cárcel, 12 meses multa (a razón de seis euros al día) y el abono de los gastos de extinción a la Xunta.

El abogado defensor recordó que el incendio forestal comenzó 28 horas después de la quema y con una noche de marzo por medio.

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