INCENDIO
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Amparo Sánchez (Alcalá la Real, 1969) tocó varias veces en Ourense, pero nunca con una propuesta como la que hoy trae a los jardines del Padre Feijóo (12,00 horas), dentro de la programación de la ICC Week. Cantante, compositora, productora y escritora, la andaluza llega a la ciudad con ganas de disfrutar y hacer disfrutar al público.
¿Qué tipo de espectáculo es “Hermana y cantaora”?
Es una exposición de los temas que he grabado en mi carrera de solista, como Amparo Sánchez. La columna vertebral, el hilo conductor, es la banda sonora de mi libro “La niña y el lobo”, un proyecto muy acústico a nivel de sonido. Habrá versiones de artistas a los que admiro mucho, canciones que hablan de amor, relaciones, patrones de amor romántico… comparto mi biografía a través de las canciones, es un ejercicio de sanación.
En paralelo a su carrera en solitario, también continúa con Amparanoia.
Sí, nos despedimos durante un tiempo, pero volvimos en 2017 y no hemos parado. Ahora mismo estamos preparando un nuevo trabajo para sacar a finales de año, y seguimos trabajando, se nos sigue proponiendo estar en lugares, hay un público que nos sigue. Cuando empezamos, en el 97, a la gente le gustó mucho la propuesta, no solo aquí, sino que hemos viajado por todo el mundo.
En aquellos inicios, ¿fue difícil ser mujer, liderar una banda, hacerse un hueco?
A las mujeres siempre nos cuesta más todo por el hecho de ser mujer, qué te voy a contar. Nos cuesta más todo, los salarios no son iguales a los de nuestros compañeros, amigos, hijos… En el sector de la música cada vez hay más proyectos femeninos, pero aún estamos muy lejos si miramos el número de djs, instrumentistas, mujeres en los carteles de los festivales…
Siempre ha luchado por el espacio de las mujeres.
Más que luchado, he denunciado esta situación en mis canciones, y también organizando cuatro ediciones del Festival 100% mujer, donde todo el equipo técnico y artístico son mujeres. Está siendo increíble la respuesta del público y de las participantes, de reconocer la discriminación y la desigualdad.
¿Cree que las cosas han cambiado?
Creo que vamos avanzando, soy una persona que siempre tengo la visión del vaso medio lleno. Cada vez hay más proyectos, más mujeres creando, escribiendo, expresándose de la manera que consideran. No es cuestión de llegar a un modelo perfecto, sino de ir avanzando, y en ese avance hay diferentes referentes. Lo bueno es que haya variedad y que vayamos evolucionando a esa expresión y libertad.
También es productora. ¿Qué hace más ilusión, impulsar el proyecto propio o el de otros?
Es curioso, hace poco comentaba con una amiga eso de que los nietos se disfrutan más que los hijos. En el caso de producir a gente más joven, es curioso porque yo pongo todo, es como si fuese mío, pero no, tengo que respetar al artista, escucharle, darle lo mejor de mí. Es un reto maravilloso que se disfruta desde una lejanía, es la creación de otra persona, pero con la ilusión como si fuera tuya. Me siento muy agradecida de que depositen en mis manos sus canciones y me den libertad total para proponer.
¿Cree que es cierto eso de que “lo de antes sí que era música”?
Estoy totalmente en desacuerdo. Siempre ha existido música que no nos gustaba, con la que no nos emocionamos, con no escucharla ya está. Este es un momento de muchísima creatividad, de propuestas de músicos buenísimos, con muchísima preparación, quizás la que no tuvimos en mi generación, y tienen el reto de vivir ahora, en esta época tan estresante. Hay cosas muy interesantes, desde Rosalía, que me encanta, hasta el álbum que acaba de sacar La Plazuela, que no tiene nada que ver.
¿Hay que quitarse los prejuicios?
Sí, e igual que tenemos el mando de la televisión y cambias de canal, los estilos y músicos que no estén en nuestra frecuencia, no los escuchas. Hace años que iba a Cuba y se oía reguetón en las fiestas familiares, no es la música que escucho habitualmente, pero un rato en una fiesta con gente con la que quiero estar, me la escucho y la disfruto.
Cierto es que las grandes productoras son las que más llegan.
Cuando nosotros creamos Mamita Records -su firma- esta era una de las mayores motivaciones, que la gente sepa que existimos gente que creemos las cosas pequeñas, que no todo tiene que ser para miles de personas.
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