Brais Lorenzo regala una mirada de resistencia a la despoblación del rural ourensano

DESPOBLACIÓN Y RESISTENCIA

La soledad, el aislamiento, el abandono y también la “cara amable” del ámbito rural constituyen los motores de la muestra fotográfica “Habitar o baleiro” de Brais Lorenzo, inaugurada en el marco del OUFF

Publicado: 10 sep 2024 - 09:47 Actualizado: 14 sep 2024 - 20:14

Brais Lorenzo, durante la inauguración de la exposición “Habitar o baleiro”.
Brais Lorenzo, durante la inauguración de la exposición “Habitar o baleiro”.

El pueblo gallego es víctima de un fenómeno que se expande por el país: la despoblación. Un problema que afecta a los habitantes del rural, quienes sufren en primera persona el quebrantamiento del equilibrio territorial. A las puertas del comienzo del Ourense Film Festival (OUFF), la organización ha colaborado en la presentación del proyecto fotográfico “Habitar o baleiro”, una exposición del ourensano Brais Lorenzo que incide sobre esos terrenos abandonados en el territorio gallego, aunque también ofrece una visión más amable del rural.

Vista de una vivienda del antiguo pueblo de Aceredo, en Lobios (Ourense) que quedó sepultado en la década de los noventa por las aguas del embalse de Lindoso y que volvió a emerger por el vaciado del embalse y la sequía. El proyecto de construcción del embalse nació de un acuerdo entre las dictaduras de Franco y Salazar y se ejecutó décadas después (1992), borró del mapa las casas de cuatro aldeas.El dictador Franco maltrató con persistencia las zonas rurales. Propició un gran éxodo e hizo insalvables los desequilibrios entre el campo y la ciudad. Su fiebre por construir pantanos que servían para abastecer de agua y electricidad a las grandes ciudades acabó con un sistema de vida. Familias como las de Aceredo se vieron obligadas a abandonar sus casas forzosamente y dejar sus negocios.
Vista de una vivienda del antiguo pueblo de Aceredo, en Lobios (Ourense) que quedó sepultado en la década de los noventa por las aguas del embalse de Lindoso y que volvió a emerger por el vaciado del embalse y la sequía. El proyecto de construcción del embalse nació de un acuerdo entre las dictaduras de Franco y Salazar y se ejecutó décadas después (1992), borró del mapa las casas de cuatro aldeas.El dictador Franco maltrató con persistencia las zonas rurales. Propició un gran éxodo e hizo insalvables los desequilibrios entre el campo y la ciudad. Su fiebre por construir pantanos que servían para abastecer de agua y electricidad a las grandes ciudades acabó con un sistema de vida. Familias como las de Aceredo se vieron obligadas a abandonar sus casas forzosamente y dejar sus negocios.

Esta labor de documentación, presente en el Centro Cultural Marcos Valcárcel desde ayer hasta noviembre, es una síntesis de 10 años de trabajo que han terminado culminando en este proyecto complementado a través de audios, vídeos y textos de los periodistas Claudia Morán, Elisabet Fernández, Sergio Pascual, Alba Moledo y Lucía Abarrategui.

Mauricio, Cynthia y Oyán, entran en la caravana donde vivieron durante una temporada en su finca de Castiñeiro, San Xoán de Río (Ourense).
Mauricio, Cynthia y Oyán, entran en la caravana donde vivieron durante una temporada en su finca de Castiñeiro, San Xoán de Río (Ourense).

“Habitar o baleiro” trata de un proyecto homónimo que crea una experiencia inmersiva también a través de lo audiovisual de la mano de Miguel Riaño, Thomas Harris y Juan Carlos García. Una exposición que ya fue inaugurada en el Museo do Pobo Galego, donde recibió 1.400 visitas.

“Este proxecto xorde do amor pola vida que latexa no rural como un exercicio de memoria e de preservación. Queremos abrir debate a través do xornalismo sobre unha temática que está a acontecer diante de nós. ‘Habitar o baleiro’ naceu en Ourense e é unha honra poder traer a mostra ao seu epicentro natural”, señaló Brais Lorenzo.

"Está todo despoblado. La gente joven marchó a Barcelona o Madrid. Estamos toda la semana cuatro personas solas. Este mes nos quedamos sin supermercado y sin panadero". Gerarda Méndez, 87, y Laurentino Álvarez, 93, vecinos del pueblo de A Espasa, Chandrexa de Queixa (Ourense), junto a Lucero, el fiel perro de Laurentino. Gerarda falleció pocos años después de tomar esta fotografía. Laurentino y Lucero siguen vivos. Este municipio ourensano tiene una densidad de población de 2.8 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las más bajas de Galicia.
"Está todo despoblado. La gente joven marchó a Barcelona o Madrid. Estamos toda la semana cuatro personas solas. Este mes nos quedamos sin supermercado y sin panadero". Gerarda Méndez, 87, y Laurentino Álvarez, 93, vecinos del pueblo de A Espasa, Chandrexa de Queixa (Ourense), junto a Lucero, el fiel perro de Laurentino. Gerarda falleció pocos años después de tomar esta fotografía. Laurentino y Lucero siguen vivos. Este municipio ourensano tiene una densidad de población de 2.8 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las más bajas de Galicia.

La soledad, el aislamiento o el abandono están presentes en este recorrido fotográfico junto a la otra cara de los pueblos como el repunte del interés por el sector primario o la visión del Entroido como herramienta de reivindicación y preservación cultural y del territorio. Entre los escenarios de las imágenes se encuentran ayuntamientos como San Xoán de Río, Laza, Maceda o Chandrexa de Queixa.

Contenido patrocinado

stats