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El Gordo, el 79432

La burundanga se cuela en las copas de la noche de Ourense

Solo este año se realizaron análisis a cinco mujeres que denunciaron que las habían drogado

La burundanga no tiene sabor y al entrar en contacto con líquido también pierde el color (MIGUEL ÁNGEL).
La burundanga no tiene sabor y al entrar en contacto con líquido también pierde el color (MIGUEL ÁNGEL).

Las drogas de sumisión química, en manos de un agresor sexual, son uno más entre los problemas que se encuentran las mujeres cuando salen a disfrutar del ocio nocturno. No hay que ir a una discoteca de Madrid para que te echen burundanga en la copa, solo este 2021 -cuando los pubs estuvieron abiertos medio año- cinco mujeres solicitaron que les hiciesen la prueba de detección de sustancias tras denunciar que sospechaban que las habían drogado. Todas ellas dieron negativo, pero eso no significa que no les hubiesen echado algún estupefaciente en el cubata dado que, como explica el jefe de los Forenses, Julio Jiménez, “las drogas de sumisión tienen muy poca duración en la sangre”. Esto significa que si la droga entra en el organismo a las diez de la noche es probable que a las ocho de la mañana ya no se detecte.

Estas sustancias se denominan de “sumisión” porque no solo pueden producir una pérdida total de la consciencia, sino que también generan alteraciones en el comportamiento y vuelven a sus víctimas muy manipulables. Además, suelen perder el recuerdo de lo que se ha estado haciendo. Pese a que en algunos países estas drogas se utilizan para robar, en España los perfiles responden al de víctima de agresión sexual. Según el jefe de Urgencias, Fernando Aramburu, se corresponden siempre con mujeres menores de 30 años.

En la ciudad aún no hubo muestras positivas de escopolamina, “pero sabemos que es posible que se esté utilizando”, señala Jiménez. En 2020, también con pocos meses de apertura de ocio nocturno, registraron 14 pruebas de este tipo de sustancias en sangre.

Sin duda, el tiempo de detección es la clave en este asunto. Su presencia en la sangre dura poco, pero los efectos en el metabolismo pueden ser efectivos más tiempo. Además, son perjudiciales de diferentes formas, “las reacciones adversas son diferentes en cada persona”, explica el forense.

Para que se haga un análisis de drogas, la víctima tiene que poner una denuncia y tiene que abrirse una investigación judicial, pero muchas mujeres descartan hacerlo porque “no se acuerdan de nada”. Esto significa que pese a que se realizaron cinco analíticas, es probable que en muchas más ocasiones se produjesen ingestas. “Es prácticamente imposible contabilizar la cantidad de víctimas de sumisión química”, lamenta el forense.

El jefe del servicio de Urgencias del CHUO, Fernando Aramburu, explica que el sábado de la semana pasada se dio el último caso en la ciudad. Fue una joven que denunció y de la que se analizó la sangre. No fue una excepción, en las redes sociales dos chicas denunciaron no acordarse de nada tras pasar una noche en dos pubs de la ciudad. La última víctima, fue la primera en estrenar un protocolo pionero en la comunidad gallega en el que colabora el CHUO, la Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional y el Instituto de Medicina Forense de Ourense. Una guía que debería permitir que se reduzca el tiempo de actuación y se pueda llegar a detectar la droga en la sangre antes de que desaparezca.

Sumisión química

  • Burundanga. Es la más conocida droga de sumisión. Su efecto inoloro, incoloro e insaboro tiene la capacidad de dejar inconsciente, o reducir la capacidad de reacción de las víctimas.
  • Ketamina. Esta droga disociativa puede provocar efectos alucinógenos y sedantes. Es de las más difíciles de detectar por su escasa duración en sangre.
  • Éxtasis líquido. Es una droga psicotrópica sedante.
  • Alcohol. Es la principal droga, pese a ser “blanda”, con la que se produce una alteración de la consciencia.

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