Caso Nerea Añel: el enrevesado periplo judicial de un crimen que sigue sin castigo cuatro años después

Tal día como hoy, en el año 2020, aparecía sin vida el cuerpo de Nerea Añel en las inmediaciones del lecho seco del río Barbadás. A partir de ese momento se puso en marcha la investigación y un proceso judicial que siempre situó a Julio G.S., su entonces pareja, como sospechoso de su muerte. Un proceso que a día de hoy permanece abierto y del que no se atisba el final.

La Policía Nacional apuntó que en la huida de ambos del motel Cancún, ella sufrió una caída que le produjo “un grave traumatismo cráneo-cerebral, con lesiones que le ocasionaron un estado de inconsciencia y que, finalmente, determinaron su muerte”.

A partir de ese momento, se abrió un proceso judicial que cuatro años después permanece abierto y cuya resolución se antoja lejana. Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular siempre han considerado culpable a Julio G.S. de un delito de homicidio en comisión por omisión, con agravante de parentesco. Ambas partes sostienen que su entonces pareja podría haber salvado la vida de Nerea Añel, solicitando ayuda al motel cercano. Además, la acusación asevera que él abandonó el sendero que recorrían cargado con el cuerpo de la víctima y lo depositó en el cauce del río.

En marzo de este año, la sección segunda de la Audiencia Provincial de Ourense absolvió a Julio G.S. de dichos delitos, en una sentencia sin precedentes en la historia judicial de la provincia. El magistrado Antonio Piña manifestó un criterio diferente al del jurado popular que dictaminó un veredicto de culpabilidad. Para Piña, “no se puede determinar si la prestación de asistencia médica hubiese evitado la muerte”.

Otra de las claves de la absolución está en la relación existente en aquel momento entre el acusado y la víctima. Aunque amigos de ambos y la propia madre de Nerea confirmaron que la relación de ambos era de noviazgo y, en opinión de la Fiscalía, esa relación situaba a Julio como garante de la vida de la joven, el juez de la Audiencia Provincial recogió en su sentencia que “no podemos concluir que una relación de noviazgo con una duración de dos meses presente la estabilidad necesaria para hacer nacer la obligación de garantía”.

Dictamen del TSXG

El último punto hasta la fecha en este proceso judicial lo marca la anulación de la sentencia por parte del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que el pasado mes de junio obligó al juez del caso a emitir una nueva sentencia conforme al veredicto del jurado popular, que declaró al acusado, Julio González, culpable del delito de homicidio por omisión.

Sin resolución cercana

Tanto la acusación particular como la defensa no ven una solución cercana para uno de los casos más mediáticos del siglo en Ourense. Jorge Temes, abogado de la familia, señala que “es aventurado establecer un plazo para la finalización del proceso. Además, hay que tener en cuenta que esta solución es susceptible de apelación y sobre esa apelación cabe otro recurso de casación más. Podemos estar hablando de años”.

Temes apunta que “se trata de una cuestión de naturaleza compleja” y de ahí la dilatación del proceso en el tiempo. Además, el letrado pone en valor la figura del jurado popular en este caso. “Es curioso que a veces se denosta al jurado popular, y en este caso han aceptado una culpabilidad a través de una figura jurídicamente muy compleja como es la comisión por omisión”. Respecto a la familia de Nerea Añel indica que “se encuentran expectantes y deseando que se cumpla la nueva sentencia para que se haga justicia”.

Recurso seguro

Cristina Rial, letrada de Julio G.S., confirma que en caso de que la nueva sentencia emitida inculpe a su cliente recurrirán la misma ante el TXSG. “Una vez que dicte sentencia será recurrida o por nosotros o por la acusación, está claro. La primera sentencia era muy buena para nosotros, pero entendemos que la nueva tiene que ser de culpabilidad hacia mi cliente”. Rial explica que “el magistrado no vio indicios de esto en su primera resolución, así que va a ser complicado para él dictar una sentencia con otro fondo. Tiene que buscar argumentos que no vio en su momento para inculparlo del delito de homicidio por omisión”.

La cronología de la desaparición, muerte y juicio de un caso enrevesado

Era el día 5 de enero de 2020 cuando la familia de Nerea Añel denunció su desaparición. Los meses fueron pasando, con un confinamiento de por medio, y el 13 de septiembre de ese año, unos senderistas hallaron su cuerpo en el río Barbadás.

A partir de ese momento, la Policía Nacional comenzó a investigar al entorno de la víctima, hasta que en junio de 2021 comunican que el que entonces era su pareja, Julio G.S., pasa a ser el principal sospechoso. Los motivos: los testigos los recuerdan juntos en los días de su muerte y este presentó contradicciones en su coartada. La Fiscalía considera que ambos se encontraban en el motel Cancún, de Barbadás, y huyeron ante la posibilidad de que la Guardia Civil los detuviera por el robo cometido antes a un taxista. En un punto de la huida, Nerea cayó y sufró un grave traumatismo craneal. Julio no solo no le habría prestado socorro, sino que habría ocultado su cuerpo.

En febrero de este año, el jurado popular condenó a Julio G.S. de homicidio por omisión. En marzo, la sección segunda de la Audiencia Provincial absolvió a la pareja de Nerea. Tras ello, en junio, el TSXG obligó al juez a emitir una nueva sentencia, en conformidad con la culpabilidad dictaminada por el jurado popular. A día de hoy, cuando se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo, las partes implicadas se encuentran pendientes de esta nueva resolución para la que no existe un plazo establecido y que está sujeta a futuras apelaciones. Mientras, Julio permanece en prisión por varios delitos de hurto.