El Concello admite el sabotaje a esculturas del Parque Miño

El Concello de Ourense formalizó ayer una denuncia en la Policía Nacional por la desaparición de la estatua de bronce “Home”, de Xosé Cid, en el abandonado Parque Miño que se concibió en 1996 como un “museo al aire libre”. El artista se enteró de la pérdida por el periódico, aunque su obra no es la única afectada por los vándalos y la dejadez. Mientras que la de Cid está en paradero desconocido, las de Arturo Baltar y Manuel Buciños arrancadas de su pedestal se encuentran en el taller. El gobierno local confirma ahora que estas dos últimas sufrieron un “intento de sustracción” y se encuentran custodiadas en dependencias municipales.

La estatua “Home”, de Xosé Cid, es un homenaje a los hombres y mujeres de Rabeda, donde están sus raíces. Aunque es de grandes dimensiones, la desaparición encaja con el mal estado de conservación en el que ya se encontraba hace dos meses. En un reportaje publicado el pasado mes de marzo en La Región ya se alertaba del abandono de las esculturas.

La obra “Maternidade”, de Manuel Buciños, la reparará el propio artista, que en 2008 ya sufrió la desaparición de su escultura. En cuanto a “Serea aleitando un fillo”, del fallecido Arturo Baltar, se custodia en dependencias municipales para su reparación. Las recogió Ecourense, la empresa concesionaria de la limpieza.

Bodas de plata de un “museo al aire libre” que acusa el abandono

Botellones, pintadas, mal estado de conservación del parque infantil y vandalismo. El retrato más reciente del parque Miño es de total abandono, a pesar de que en 1996 se concibió como ese “museo al aire libre” gracias a que reconocidos artistas ourensanos cedieron sus obras para dotar al recinto de personalidad y acercar a la ciudadanía un conocimiento visual de la escultura. Así lo quiso el Concello de Ourense que entonces gobernaba Manuel Cabezas. Ramón Conde, Manuel Buciños, Xosé Cid, Acisclo Manzano, Arturo Baltar, Luis Borrajo, Xurxo Oro Claro y Antonio Faílde son los ocho artistas que aportaron su granito de arena a un espacio público que cumple sus bodas de plata con intentos de robo de estatuas y desaparición de una de ellas, la de Xosé Cid, una pieza de bronce de gran tamaño. Además, las obras sufren especialmente las pintadas de los vándalos. Las esculturas conviven con grafitis permanentemente.