El daño de ETA también cumple años en Ourense

Una década más tarde de que el grupo terrorista ETA se disolviese, las víctimas y los que convivieron con sus ataques guardan el miedo y el dolor casi intactos. Mientras Bildu mezcla presos con presupuestos y pide “perdón”, nada cambia para los afectados.

ETA, diez años después de su fin, aún deja marcas en Ourense

Mientras Arnaldo Otegi, el líder de EH Bildu, dice y se desdice sobre la liberación de los presos de ETA y los Presupuestos del Estado, se cumplen diez años de la disolución de la banda terrorista. Pero a declaraciones y discursos sobrevive un factor común: el dolor de las víctimas y de sus allegados. Es el caso, entre miles, de Aurelio Garrido, el tío del ourensano Miguel Ángel Blanco, que frecuenta cada semana el cementerio en el que está enterrado su sobrino.

No todos los que convivieron con los atentados de ETA perdieron a alguien, pero algunos tampoco se recuperaron del miedo de aquellos años. Así le ocurrió a M.C.G., una ourensana que vivió cinco años en Navarra y sufrió hasta tres bombas en su barrio. La rabia del silencio para salvar posibles ataques, especialmente de las compañeras que no podían volver a Galicia como ella, se le quedó grabada dentro. Aún se emociona al contarlo.

Faramontaos (A Merca). 21/10/2021. Tumba de Miguel Ángel Blanco en A Merca. Foto: Xesús Fariñas
Faramontaos (A Merca). 21/10/2021. Tumba de Miguel Ángel Blanco en A Merca. Foto: Xesús Fariñas

Miguel Ángel Blanco fue enterrado en el cementerio de Faramontaos (A Merca). // Xesús Fariñas

Existen también testimonios desde la observación del cautiverio. A.L. es funcionario de prisiones. Trabajó a lo largo de toda España y en cada cárcel se encontró a diferentes grupos de etarras. Eran discretos, dice, y usaban todos los recursos de la ley para pedir lo que querían. “Irónicamente, en prisión se amparaban en recursos judiciales, mientras fuera se tomaban la justicia por su mano”, reflexiona.

Este miércoles, el líder de EH Bildu vinculaba, en un acto celebrado para sus militantes , la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado con la situación de los presos de la banda. Dijo en euskera que tienen a 200 presos en la cárcel y que “si para sacarlos hay que votar a favor de los Presupuestos, pues votamos. Así de alto y de claro os lo digo”. La polémica se desató de inmediato y Otegi tuvo que recular. Un día antes pedía perdón y aseguraba que siempre estarán dispuestos a “mitigar el sufrimiento”.

Faramontaos (A Merca). 21/10/2021. Tumba de Miguel Ángel Blanco en A Merca. Foto: Xesús Fariñas
Faramontaos (A Merca). 21/10/2021. Tumba de Miguel Ángel Blanco en A Merca. Foto: Xesús Fariñas

M.C.G. Estudiante universitaria en Navarra en 1985: “Pensaba que cualquier ruido era una bomba”

M.C.G. vivió en Navarra de 1985 a 1990. Asistió al estallido de tres bombas, repartidas en los tres barrios de Pamplona en los que vivió para estudiar Derecho. “Allí llegué a tal psicosis que pensaba que cualquier ruido era una bomba”, recuerda. No había teléfonos móviles por lo que “cuando sonaba un estruendo, yo saltaba de la cama e iba en pijama a la calle a buscar una cabina para avisar a mi madre -que estaba en Rabo de Galo- de que estaba bien porque a ella le costaba dormir”, explica.

Sin embargo, “no eran solo las bombas”, apunta. “Una de mis amigas era concejala y su familia estaba amenazada, les pedían siete millones de pesetas al año para mantenerse alejados de ellos”, afirma con rabia. M.C.G. señala que, “daba miedo decir lo que uno pensaba, pero más se lo daba a mi amiga, que no podía salir de Navarra y volverse a Galicia como yo”.

Los primeros Sanfermines de esta ourensana coincidieron con el asesinato de Miguel Ángel Blanco. “Yo estaba a 40 kilómetros de San Sebastián, pero había un atasco y estaba todo parado. Escuchamos en las noticias que habían matado a Miguel Ángel. Al día siguiente fuimos a San Sebastián a la manifestación de la Subdelegación del Gobierno. Pusimos las manos en alto, fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida”, recuerda.

A.L. Funcionario de prisiones: “Cenaron marisco tras la muerte de un educador”

Los presos de ETA no daban muchos problemas en prisión. O eso es lo que observó A.L. durante sus años de trabajo en Carabanchel (Madrid). Mientras estaban encerrados, aunque permanecían en grupo, eran discretos: “Había muchos, eran organizados y sabían que podían hacer y que no y lo que querían lo solicitaban por vía judicial, algo irónico”, apunta el funcionario. “Para todo lo que hacían en prisión no dudaban en organizarse y utilizar la vía diplomática pero fuera cambiaba el cuento”, opina.

“Durante los años que estaban allí no cambiaban nada, los venían a ver sus familiares y recibían sus ayudas familiares al salir, cosa que consiguieron ellos”, explica A.L.

Pese a que habitualmente no eran problemáticos, el funcionario recuerda un episodio escalofriante: “Habían asesinado a un educador de prisiones. Vimos como el día antes un grupo de etarras fueron al economato de la cárcel y pidieron marisco, lo entendimos al día siguiente cuando lo cenaron tras el asesinato”.

Para él, las declaraciones de Arnaldo Otegi nada cambian el pensamiento de los que quieren la independencia: “La historia continuará, ellos querrán seguir tras el poder y el dinero”, dice el funcionario.

Aurelio Garrido | Tío de Miguel Ángel Blanco, el joven concejal asesinado por ETA en 1997: “No quiero saber nada de política. No hay perdón ni forma de pagar lo que hicieron”

Aurelio Garrido fue al cementerio ayer por la mañana a dejar flores a su sobrino Miguel Ángel Blanco. Es algo que hace habitualmente desde que en 2007 trasladaron su cuerpo a A Merca, la villa en la que pasó su infancia. Sin embargo, su asesinato se consumó diez años antes. Ocurrió en Eibar. Blanco era concejal del Partido Popular y se convirtió en objetivo de la banda terrorista. Lo secuestraron y días después encontraron su cuerpo. Aurelio lamenta este episodio que rompió la vida de su familia: “Esto no se puede olvidar, el dolor no se va. El sufrimiento siempre va a estar ahí”.

“En mi opinión, como familiar de una víctima, de nada sirve lo que digamos, hace tiempo que no quiero saber nada de política”, señala Garrido.

“Es lógico lo que dijo Otegi, que van a pedir los que formaron parte de ETA, que suelten a los suyos. Nunca van -porque no se puede- a pagar lo que hicieron”, opina el tío de Blanco y, añade, que “no hay arreglo ni perdón”.

Ahora, las vistas están puestas en el aniversario de la muerte de Miguel Ángel Blanco, que se celebrará en junio en A Merca. El Concello también tiene pendiente levantar un monumento en su honor.

Contenido patrocinado

stats