Cae en San Cibrao un clan de estafadores de coches usados

La Policía Nacional y la Guardia Civil han desarticulado una organización criminal dedicada a la estafa en la venta de vehículos de segunda mano en las provincias de Lugo y Ourense.

El operativo, bautizado como Ruvenalba-Friedri, se saldó con la detención de cuatro personas que pertenecían a un clan rumano de Vilalba (Lugo) que habían trasladado el pasado mes de marzo su negocio fraudulento a San Cibrao das Viñas.

Sus miembros están acusados de perpetrar un fraude que ha causado un perjuicio económico superior a los 900.000 euros a numerosas víctimas distribuidas por toda la geografía española.

Los detenidos operaban mediante un sofisticado sistema para engañar a los compradores, ofertando vehículos a precios inferiores a los del mercado y manipulando drásticamente el kilometraje para hacerlos más atractivos.

La investigación, iniciada en abril de 2024 y culminada con la fase de explotación llevada a cabo el jueves pasado, ha permitido desvelar los entresijos de esta red criminal con estructura piramidal.

Los agentes pudieron constatar que la organización estaba liderada por una sola persona encargada de recolectar el dinero fraudulento, bajo cuyo mando operaba otro eslabón dedicado a gestionar la venta de los vehículos y las cuentas bancarias. Este sistema permitía mover el dinero entre diferentes cuentas para dificultar su localización por parte de las autoridades.

REGISTROS SIMULTÁNEOS

Durante los registros efectuados en un domicilio de Vilalba, donde tuvieron el negocio de compraventa que desalojaron por orden judicial por impagos en el mes de marzo ante la oleada de denuncias, y en una nave industrial del polígono de San Cibrao das Viñas, los investigadores han intervenido 8.000 euros en efectivo, varios vehículos y numerosas joyas que podrían haber sido recibidos como parte de pagos.

El negocio Multimarca Pittbul, que estuvo ubicado en un bajo de la Rúa Cidade de Lugo (Vilalba) era propiedad de una familia de origen rumano que llevaba más de un lustro asentada en la capital chairega.

AÑOS DE POLÉMICA

La compraventa llevaba ya varios años envuelta en la polémica, después de que clientes de toda España interpusieran denuncias por estafa por trucar el kilometraje de los vehículos, problemas con la documentación o venta de piezas de automoción.

Los responsables son miembros de un extenso clan establecido Vilalba y sobre el que pesan diversas denuncias por okupaciones de pisos.

Así era el sofisticado modus operandi de la banda desarticulada

La banda alquilaba bajos comerciales y naves industriales para la exposición y venta de los vehículos. Una vez establecidos, no abonaban las cuotas correspondientes, lo que terminaba provocando su desalojo por impago.

Los estafadores contaban con cuatro líneas telefónicas operativas todo el día para responder a las peticiones de los compradores en tiempo real. Este sistema les permitía atender a múltiples clientes simultáneamente y crear una falsa sensación de profesionalidad y servicio.

Una vez captado el interés, presionaban para cerrar la venta lo más rápido posible para impedir que los compradores tuvieran tiempo suficiente para verificar los defectos ocultos. Para formalizar las operaciones comerciales, utilizaban contratos en los que figuraban como mediadores supuestas empresas belgas, artificio que les permitía evitar que sus identidades apareciesen en los contratos mercantiles y eludir impuestos.

La investigación revela que cuando las víctimas contactaban con los miembros de la organización, estos solicitaban una transferencia bancaria inmediata como reserva. En algunos casos, aceptaban objetos de valor o pagos en efectivo superiores a lo permitido.

Los compradores, atraídos por precios ventajosos y por el falso bajo kilometraje de los vehículos, caían en la trampa. Una vez efectuado el pago, muchas víctimas descubrían problemas mecánicos graves o irregularidades administrativas.