Dignificar a quien lo necesita

La solidaridad es uno de los bienes más preciados de Ourense. Así lo reflejó el tesorero nacional del Banco de Alimentos, Gregorio Pérez Calvo, en su visita a la provincia en el marco de los preparativos para el Congreso Nacional que reunirá a los 54 bancos del país el próximo mes de mayo.

“La gente aquí es muy solidaria y la provincia de Ourense está muy por encima de la media en cuanto a donaciones”

“La gente aquí es muy solidaria y la provincia está muy por encima de la media en cuanto a donaciones”, aseguró el tesorero, quien agradece al presidente del banco ourensano, Cecilio Santalices, así como a la Diputación, su colaboración en la lucha por la dignificación humana, principal pilar que acompaña la labor de la organización. Lo mismo sucede con los voluntarios, “el mayor activo que tienen los bancos”, una pieza fundamental que requiere de nuevos integrantes que se sumen a colaborar y aseguren el relevo generacional en una muestra de empatía como las que se dieron ante catástrofes como la guerra de Ucrania, la pandemia o, más recientemente, la dana en Valencia. Situaciones que inspiraron la movilización de la población y que reflejan la labor que realiza diariamente el banco, preparado para “llevar en menos de cinco horas alimento a una persona necesitada”.

“En España se están desperdiciando más o menos 7,8 millones de toneladas”, afirmó Pérez Calvo, que impulsa desde el Banco de Alimentos charlas informativas y de concienciación para formar a los jóvenes. “Hay que enseñarles el aprovechamiento, darle una segunda vida a los alimentos. ¿Conciencia? Es que no queda otro remedio. Los trabajos son precarios y las ayudas no llegan”, señaló Josefa Cañada, coordinadora en la provincia ourensana. Ayudas, cada vez más limitadas ante las nuevas tarjetas monedero impulsadas con fondos europeos, según advierten desde los bancos: “Cuando venían los alimentos de Europa, cogíamos los kilos y los repartíamos. Ahora tenemos que comprar con las tarjetas en un supermercado, con unos precios encarecidos por el IVA y con el beneficio industrial que tiene el supermercado”. Obstáculos que, sin embargo, no consiguen redimir el trabajo de quienes buscan ayudar a personas en una situación de vulnerabilidad que podría “afectar a cualquiera”.