¿A dónde llevo a mi perro?

Dos perros juegan con un chico en el parque de Salesianos, con la valla rota por una rama al fondo. (FOTOS: MIGUEL GARCÍA Y XESÚS FARIÑAS)

Hay una cifra en la ciudad que no deja de crecer: el censo de perros. Desde el 31 de diciembre de 2020 hasta agosto de este año, el aumento fue de casi 700 cánidos para alcanzar un total de 16.419 registrados (más incluso que el número de niños de 0 a 14 años en 2020, 12.567). Más sorprendente aún es la cantidad de parques caninos en la ciudad con respecto a cuántas mascotas hay: tres. Uno al lado del colegio de los Salesianos; el segundo el de Santa Teresita; el último, al lado de la depuradora de Reza.

Sin embargo, el problema no se queda en el número de zonas habilitadas para perros, sino que a ello se le suma el mal estado y dejadez de los parques. La situación roza lo dantesco: en el de Salesianos, una rama de árbol atraviesa la valla que perimetra el parque. En Santa Teresita, a falta de asientos para los dueños, los vecinos trasladaron sillas de un bar para sentarse.

La Asociación de Propietarios de Mascotas Ourensanas (Apmou) lleva años denunciando estos problemas que no han hecho más que agravarse con el paso del tiempo. “No hay luz en los parques, no se cuidan, las puertas y las vallas están en mal estado…”, afirma la secretaria de Apmou, Luz Dacoba.

La asociación destaca que, aunque haya 16.000 perros registrados, lo normal es “que sean muchos más”. Con esas cifras, para Apmou lo ideal sería “un parque por barrio”, comenta Dacoba. Para la secretaria de Apmou, disponer de estas opciones es “especialmente necesario en una ciudad con mucha población envejecida, que tiene más problemas de movilidad”.

LOS DUEÑOS SEÑALAN LOS FALLOS

Los paseadores de la ciudad coinciden con la postura de Apmou. Susana Ángela Lillo, dueña de Yuki, resalta los problemas del parque de Salesianos, donde “la puerta está mal y el suelo está muy seco”. También cree que “debería haber más opciones, hacer varios kilómetros para venir aquí no está bien”.

La opinión de Ana López, que lleva a su mascota Eco al mismo parque, es similar: “Tiene más tierra que césped, parece que lo crearon para contentar a los dueños y después lo dejaron a su suerte”. Ana considera que “debería haber una zona para perros en cada barrio, cuidado y vigilado, pero en esta ciudad no gusta invertir dinero”.

Las críticas hacia la gestión de los parques no paran ahí. Gustavo Rodríguez comenta que Máxima, su golden retriever, está en su oficina sin problema mientras que “faltan parques y falta de todo en los que hay”. Uno de sus compañeros va más allá diciendo que “el alcalde Jácome tiene la ciudad destrozada, sanciona a los perros por cagar y no las cagadas que hace él”.

Sergio Velasco, que visita los Salesianos con Luna todos los días, piensa que “igual hace falta algún parque más, pero no tal y como están cuidados”. Acto seguido, describe cómo en el parque “la valla está rota, un tronco por ahí tirado y la puerta cierra mal”. Estela Castro, dueña de Dana, si bien considera que el lugar no está cuidado, cree que “la zona en sí no está mal y es muy espaciosa para los perros”.