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En la ciudad
El ocio nocturno de la ciudad estrenó ya las nuevas medidas, en una noche sin demasiada afluencia. La obligatoriedad de presentar pruebas negativas, certificados de vacunación o de haber superado la enfermedad en los últimos seis meses redujeron notablemente la clientela, que fue tímida en la mayoría de los locales. De hecho, varios establecimientos decidieron no abrir sus puertas ayer por la noche, ante la escasa clientela. “El viernes pasado vendimos 200 entradas, ayer (por el viernes) no llegamos a 20”, apuntan desde un pub. “Porque nos entró un grupo de enfermeros vacunados, si no, no hacíamos nada”, añaden.
Otros confiaban en que la noche de ayer hubiese más movimiento, tras el cribado realizado en Expourense a jóvenes de 16 a 35 años. Aún así, el ánimo del sector es bajo, y muchos son los que auguran un cierre próximo: “A saber cuándo podemos volver a abrir”. Tras el anuncio de Sanidade sobre las nuevas medidas, el pasado miércoles, los hosteleros no dudaron en calificar de “cierre encubierto” la decisión del gobierno autonómico.
Aquellos clientes que sí entraron, no obstante, disfrutaron de la seguridad. “A mí sí me da tranquilidad saber que los que estamos dentro somos negativos, la verdad”, comentaba Noelia García a la entrada del pub La chica de ayer. “Eu creo que é moito mellor tanto para nós coma para os hosteleiros, e unha posibilidade de que sigan abertos”, añadía Alexia Guede. Ambas, vacunadas desde hace semanas, lucían orgullosas sus certificados en la puerta del local.
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