El edificio Fermín García brillará como hace un siglo

Hace más de 100 años, en 1909, Fermín García encargó construir al arquitecto Daniel Vázquez Gulías, uno de los edificios más bellos y emblemáticos de la ciudad. Un inmueble que con el paso del tiempo y de los sucesivos inquilinos ha ido perdiendo lustre hasta convertirse en uno más de una Praza Maior, que poco a poco y a base de restauraciones e inversiones, recupera el impulso del pasado.

Carlos Dorado, un empresario nacido en A Forxa (Porqueira), aunque desde hace muchos años lejos de su tierra ourensana, ha adquirido el edificio, después de una larga negociación de más de seis meses “en la que siempre hay tira y afloja, porque el que vende siempre piensa que vale más y el que compra quiere sacarlo por el menor precio posible”.

Una construcción que, edificada sobre un antiguo colegio del que se conserva la capilla en el interior, cuenta con todos los elementos ornamentales y de fabricación artesana intactos, que lo han convertido en un bien de máxima protección por Patrimonio.

Consciente de la importancia de respetar la construcción, que albergó desde la clínica de un dentista ruso apellidado Dainow que huyó de su país en plena Revolución Rusa del 17, hasta las oficinas de la Falange y la Sección Femenina en la posguerra, Dorado destaca que “el propósito de comprar este edificio es crear algo especial, a la altura de lo que representa el inmueble” y añade que “Ourense es un lugar donde yo crecí y pasé mis primeros años, por lo que ahora mismo el dinero no es lo que más me preocupa, quiero hacer una cosa que perdure en el tiempo en la que es mi ciudad”.

Ese proyecto del que habla el empresario pasa por una reforma integral aunque respetuosa con el pasado, creando nueve apartamentos de lujo de entre 160 y 170 metros cuadrados, cada uno con todas las comodidades. De esta forma, el edificio Fermín García tendrá una piscina interior, jardín común, un gimnasio y como no, toda la tecnología en cuanto a ahorro de energía y respeto por el medioambiente.

Como heredero de Vázquez Gulías a la hora de acometer el proyecto de reforma de este edificio, un deseo que no pudo cumplirse, que lo asumiese “la gente del estudio de Norman Foster. Mi ilusión sería que le diese un aval o un diseño. Es un proyecto pequeño y lógicamente una firma como la suya no lo acepta. Eso sí, la ilusión no se pierde. Sería un sueño, pero tenemos muy buenos arquitectos en Galicia y ahora mismo estoy trabajando con Víctor Dorrío, un joven talentoso de Xinzo de Limia, que seguro hará un gran trabajo y estará a la altura”.

En cuanto a los plazos de construcción, todo definido. En junio el proyecto debería estar listo para en septiembre u octubre comenzar con unas obras que durarán 18 meses.

Por delante, dos años de trabajo para que el edificio Fermín García recupere su antiguo esplendor en el corazón de la Praza Maior