Estereotipos, el rival a batir

Preocupa, y mucho, el cambio a la inversa que están cobrando los valores de la igualdad de género entre los más jóvenes. Sobre estos crecientes estereotipos sexistas se centra buena parte de la investigación más reciente dentro del ámbito educativo, y buena prueba de ello fueron los dos trabajos que se proclamaron vencedores de la segunda convocatoria de los Premios "Egeria" de la Universidade de Vigo.

En la categoría de mejor trabajo de fin de grado, la egresada en Educación Social Raquel Lois abordó la conducta de los adolescentes, centrándose en una de las "microfórmulas" de acoso más frecuentes: el piropo. Para ello, realizó sesiones de grupo con adolescentes a través de las que buscó "cómo se establecía la comunicación en la que se incluía el piropo, así como la repercusión que podía tener sobre quienes los recibían", especialmente sobre las receptoras, ya que los todos chicos "lo valoraban positivamente".

Entre las conclusiones de su trabajo, Lois constata que las chicas siguen recibiendo comentarios referentes a su apariencia física o su cuerpo sexuado, "lo que refuerza los estereotipos de género que vinculan la feminidad con la belleza física y la instrumentalización del cuerpo de la mujer para el placer del hombre". El mayor malestar, recalca, se da cuando los piropos son emitidos por una persona desconocida que por un familiar o conocido de la destinataria.

Además, Raquel Lois –a quien dirigió la profesora María Lameiras en este proyecto– destaca la importancia que tiene la inclusión de la figura del educador social en los centros de enseñanza, ya que "pueden hacer un trabajo tanto en el espacio educativo formal como informal, lo que va a contribuir a desarrollar acciones más igualitarias".

Por su parte, Noelia García, que completó el máster en Intervención Multidisciplinar en la Diversidad en Contextos Educativos, enfocó su trabajo, ganador de la categoría de fin de máster, hacia las perspectivas de futuro de jóvenes en situación de desprotección y conflicto social. Para ello, pidió a 64 personas de este perfil que elaborasen una breve redacción sobre sus expectativas a los 35 años, tanto en el ámbito público como en el privado.

A nivel profesional, García comprobó cómo la tendencia generalizada de los encuestados está "fortemente sesgada polo xénero". "Os mozos prefiren profesións tradicionalmente masculinizadas, mentres as mozas optan polas feminizadas, aínda que con excepcións", indica. Dentro del ámbito privado, sobresale la diferenciación de las expectativas dentro de varios aspectos, como es el caso de los trazos físicos, las pertenencias o el tiempo de ocio.

Como conclusiones, Noelia García resalta la "presenza de estereotipos de xénero, prescritivos e descritivos, indistintamente da situación de desprotección ou conflito social na que se atopan". Las chicas, explica, "seguen presentando maioritariamente trazos relacionados á expresividade", frente a los "trazos instrumentais" de los chicos. Su trabajo fue dirigido por la profesora Yolanda R. Castro.