Gran muestra de devoción cristiana en la romería de Os Milagros

Baños de Molgas se prepara para acoger una de las celebraciones religiosas más multitudinarias y sentidas de Galicia. La Romería de Os Milagros, un evento que trasciende lo meramente religioso para convertirse en una poderosa manifestación de fe y cultura popular, arranca oficialmente el 30 de agosto y culminará en su día grande, el 8 de septiembre. Durante diez días, el Santuario da Nosa Señora dos Milagros será el epicentro de una devoción que atrae a miles de peregrinos, no solo de Ourense, sino de toda la geografía gallega y del norte de Portugal.

La devoción a la Virxe dos Milagros, que se remonta a varios siglos atrás, se ha consolidado como una de las peregrinaciones más importantes de la comunidad. Fieles y romeros acuden al santuario para cumplir promesas, agradecer favores o buscar consuelo. La historia del lugar, ligada a la leyenda de una misteriosa aparición y la veneración de la imagen de la Virgen, ha forjado una tradición inquebrantable que se refleja en cada paso de los peregrinos. Muchos de ellos completan el camino a pie, a menudo descalzos o incluso de rodillas, en una muestra de fervor y penitencia. Los “exvotos” de cera, que representan partes del cuerpo sanadas, son un testimonio silencioso y conmovedor de las gracias recibidas, alineados en las capillas laterales del imponente templo.

Día grande

Aunque las actividades comienzan con la novena el 30 de agosto, el punto álgido de la romería se concentra en las jornadas del 7 y 8 de septiembre. La víspera, el día 7, el santuario se viste de gala para la “Procesión das Antorchas”, un solemne desfile nocturno a la luz de las velas que crea una atmósfera mística y sobrecogedora. Las miles de pequeñas llamas iluminando el camino son un espectáculo inolvidable. Las misas se suceden para acoger a los peregrinos que llegan a horas intempestivas, llenando los alrededores del templo con un bullicio tranquilo y reverencial.

El día 8 es la fecha central de la fiesta. Desde primeras horas de la mañana, la afluencia de gente es masiva. La “Misa Solemne”, presidida tradicionalmente por el Obispo de Ourense, convoca a una multitud en la explanada del santuario, un mar de personas unidas por la misma fe. Tras los actos litúrgicos, la romería se transforma en una gran fiesta popular. El recinto se llena de puestos de comida, con el inconfundible olor a pulpo a feira y churrasco asado, y los sonidos de las orquestas se mezclan con las conversaciones de las familias y amigos que se reúnen para compartir la comida y el ambiente festivo. Para muchos, este es un ritual familiar, una tradición que se transmite de generación en generación y que sirve como un punto de encuentro anual.

La Romería de Os Milagros no es solo un acto de fe; es una celebración del patrimonio, la identidad y la comunidad. Es un evento que, a pesar del paso del tiempo, mantiene viva una tradición ancestral y sirve como un poderoso recordatorio de la profunda conexión del pueblo gallego con su fe y sus raíces.