Indignación frente al derecho a la huelga

Los usuarios del bus urbano se vieron afectados por la protesta. “¡Es una vergüenza!”, le espetaba una mujer a un sindicalista.

Vídeo | Una pasajera de bus urbano muestra su descontento ante un sindicalista

Tras un convulso primer día de paro, ayer los usuarios notaron aun más la huelga de transportes, con retrasos en las líneas más patentes y piquetes más contundentes a la mañana.

Sobre las 10,40 la protesta inició un bloqueo en plena rúa do Progreso, entre la Alameda y Bispo Cesáreo, una de las principales arterias de la ciudad. Mientras la policía local hacía dar media vuelta a los vehículos que llegaban, los manifestantes rodearon dos autobuses de la misma concesionaria por la que se movilizaban.

En el interior de estos vehículos retenidos, un representante de CCOO pedía disculpas a los pasajeros, pero una mujer se le encaró: “¡Es una vergüenza!”, repetía, indignada. Más tarde, con los ánimos menos caldeados, declaró: “¿A usted le parece bien esto?, ¿qué culpa tenemos nosotros de que el alcalde haga las cosas mal?”En las paradas cercanas, los usuarios de mayor edad se quejaban de estar esperando un rato largo: un cuarto de hora, media hora e incluso hora y media. Félix, que realiza servicios de cuidados a domicilio se mostraba algo más empático: “Comprendo que protesten, pero nos quitan mucho tiempo a la gente que trabajamos y dependemos del medio de transporte”.

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