Juan Carlos Monedero: "Los partidos ya no están en la sociedad, sino que están más en el Estado"

Entrevista a Juan Carlos Monedero, profesor, politólogo, político y cofundador de Podemos

Publicado: 04 jun 2023 - 04:24 Actualizado: 04 jun 2023 - 13:40

Juan Carlos Monedero (EFE).
Juan Carlos Monedero (EFE).

Juan Carlos Monedero ha sido, además de uno de los fundadores de Podemos, uno de los politólogos más importantes de España en los últimos tiempos. Monedero será el protagonista del Foro La Región del próximo jueves, donde hablará de la democracia y sus amenazas.

En el título de la ponencia habla de la democracia acorralada. ¿Cree que el 23 de julio es una especie de plebiscito entre la democracia y otra cosa?

Creo que gane quien gane las elecciones del 23 de julio, las posibilidades de cambiar las estructuras del país son escasas. Estamos inmersos en estructuras económicas internacionales, y uno de los rasgos del neoliberalismo es ligar o encadenar los países con unas estructuras jurídicas internacionales que limitan fortísimamente su capacidad de acción.

Es decir, que a nivel económico un gobierno solo se puede mover en los márgenes.

Claro. Además, hay una deriva mediática muy fuerte. Los medios de comunicación ya son empresas controladas por fondos buitre, por grupos de grupos empresariales, donde me temo que el periodismo ya no es lo más relevante que se puede hacer en las rotativas. Creo que, al mismo tiempo, hay un agotamiento del modelo. Recientemente, el Informe Económico Mundial ha explicado que el mundo de la globalización que hemos conocido ya no funciona. Y seguimos sin sacar las conclusiones adecuadas con cuestiones como el cambio climático.

¿Y esto se agrava con el tiempo?

Se agrava porque, además, hay un auge de la extrema derecha que, entre otras cosas, es negacionista del cambio climático. Todo este laberinto creo que está debilitando profundamente los fundamentos de la democracia. Da igual lo que votes porque no tienes una información veraz de lo que votas; porque los partidos ya no están en la sociedad, sino que están más en el Estado; porque hay demasiado ruido; porque hay demasiada incertidumbre… Y todos estos elementos hacen que la democracia esté vaciada.

Entonces, ¿da igual quien gobierne?

No, creo que no es igual que gobierne la derecha con la extrema derecha que gobierne una coalición de izquierdas. O sea, creo que el daño que van a infligir las derechas unidas es terrible. A las mujeres, al medio ambiente, al trabajo, a los alquileres, al salario mínimo. Pero las posibilidades de transformación de un gobierno de coalición son casi cosméticas.

¿Cree que el Gobierno, o la izquierda en general, tiene parte de responsabilidad en el crecimiento de la derecha en las últimas municipales?

Creo que la izquierda no ha entendido tres cosas. Una, que no basta tener razón para que la gente te vote. Dos, que no basta no robar para que la gente te vote. Y tres, que no basta que mejores la vida de la gente para que te vote. Que la gente diga en torno a un 70% que personalmente la economía le va bien o muy bien, pero un porcentaje similar piense que la economía del país va mal o muy mal implica que la gente está envenenada mediáticamente. El juego de los gobiernos representativos se basa en que la gente tenga información veraz y plural. Pero si ocurre que Vox sube pese a presentarse a las elecciones sin programa o con un programa repetido para todas las comunidades, significa que a la gente le da igual el programa y que vota emocionalidad.

¿No cree que ese argumento esconde una falta de autocrítica?

Si está el último samurái con la katana frente a los cañones del ejército del emperador japonés, puedes hacer autocrítica y decir que tu katana está mal afilada. Esta mañana me contaba por teléfono un amigo, que es de Bildu y le digo: “¿Tú sabes que ayer votó el PP con Bildu en el Parlamento vasco?”. Me contestó: “No lo he leído en ningún lado”. Pues claro. Cuando los medios de comunicación apoyaron a Albert Rivera y a Ciudadanos porque entendían que era un Podemos de derechas y que podía frenar el auge de una fuerza rupturista, Albert Rivera pensó que iba a ser el presidente del Gobierno. Se negó a escuchar los mandatos de sus jefes cuando le dijeron que pactara con el PSOE y, ¿cuánto duró Albert Rivera después de desobedecer? ¿Y por qué? Porque dependía del apoyo mediático.

¿Son los medios los que dominan la política?

El papel de los medios es brutal. Sin opinión pública no hay democracia. Otra cosa es que la izquierda haya cometido errores, que claro que los ha cometido. Pero ni la izquierda tiene que esconder sus errores en el papel de los medios de comunicación, ni la ciudadanía tiene que dejar de encarar el hecho terrible de que nuestras democracias se vacían. Se vacían en tanto en cuanto haya medios de comunicación que son capaces de colocar a una persona con la posibilidad de ser presidente del Gobierno y que cuando se retira el apoyo desaparece de la política.

¿Cuáles han sido los errores de la izquierda?

No hacer políticas lo suficientemente contundentes como para que la gente entienda que merece la pena votar al gobierno de coalición. Creo que el Gobierno ha sido tibio en algunas políticas. También se ha desconectado de la ciudadanía y no se ha dado cuenta de que no sirve, como decía antes, hacer políticas que mejoren la vida de la gente si no se lo explicas. Entonces, una persona que vive mejor porque cobra 1.080 euros en vez de 735, que le han subido 60 euros el alquiler en vez de 200… si esa persona no es consciente de todo eso y vota al partido que se lo va a quitar, aquí está habiendo una ruptura. Si tú no te das cuenta de que la gente no está entendiéndote es que te has desconectado de las mayorías. La alerta antifascista tampoco ha funcionado.

¿Crecerá entonces la extrema derecha?

Si quieres hacer una campaña electoral como la que está haciendo el PSOE, otra vez señalando lo malo que es Vox y lo malo que es el PP, solamente sirve para que votantes de Unidas Podemos voten al PSOE. No sirve para ganar. Si el PSOE quiere quitarle los votos con un discurso más radical a Unidas Podemos, pues desaparecerá también Podemos y volvemos al bipartidismo, pero peor que hace diez años.

Decía que Podemos y Sumar ya han perdido demasiado tiempo, ¿cree que cristalizará esa coalición?

Tiene fuertes obstáculos. La gestión es entre partidos y los partidos buscan “masivizar” su poder. Los partidos no piensan en el bienestar general, piensan en su supervivencia. Compromís decía que no reclamaría nada para ir con Sumar y ahora exige ir los primeros en las listas. No siempre prima el interés colectivo, porque si entendiéramos que lo más relevante es que exista un gobierno de coalición es esencial que las puertas a la izquierda del PSOE vayan juntas para sumar 60 o 70 escaños.

¿Qué debe ser Sumar?

Sumar no debe ser una lista Macron, porque eso no lleva a ningún lado. Tiene que tener una estructura permanente, que no es una cosa coyuntural. Por eso yo siempre he hablado del Frente Amplio de Uruguay, que lleva décadas funcionando y no le dan a los uruguayos el compromiso de tener que elegir entre unos y otros porque a la gente le gusta que vayan juntos, porque entienden que es más lo que comparten que lo que les separa. Ese es el gran desafío de Yolanda.

¿Es el fenómeno Jácome una expresión de hartazgo ciudadano?

Creo que las estructuras clientelares siguen funcionando. No es un robo del voto, pero no es legítimo ni democrático. Entonces, lamento que el Partido Popular nunca haya peleado contra esas fórmulas. Esa red es la que explica a los Baltar y la que explica a los Jácome. Al final tienes que escoger entre un corrupto u otro, que es terrible.

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